
El papa Francisco al celebrar un aniversario de san Alfonso María de Ligorio, dijo: “Para anunciar el evangelio en una sociedad que cambia rápidamente, se requiere la voluntad de escuchar la realidad para educar las conciencias a pensar de manera diferente en discontinuidad con el pasado. La teología moral no puede reflexionar solo sobre principios y normas sino que necesita hacerse cargo positivamente de la realidad que supera cualquier idea…..
…..Como san Alfonso, hay que partir de la escucha y la acogida de la fragilidad humana. Alejándose de una rigurosa mentalidad moral, él se convirtió a la benignidad escuchando la realidad, acompañando los pasos de las personas, con un dinamismo evangelizador capaz de actuar por atracción. No se detuvo en la formulación teórica de los principios, sino que se dejó interpelar por la vida misma. Yo invito a los teólogos morales y a los confesores a mirar la vida desde la perspectiva de los miembros del Pueblo de Dios para comprender sus dificultades reales y ayudarlos a curar sus heridas. El radicalismo evangélico no consiste en oponerse a la debilidad humana; hay que buscar caminos que no alejen sino que acerquen a Dios”.
Estas palabras han sido vistas como una intervención indirecta del Papa en la polémica sobre las bendiciones a las parejas homosexuales. Anteriormente el Papa ya había invitado a “sembrar semillas de amor, no con condenas teóricas sino con gestos de amor, evitando las pretensiones del legalismo y el moralismo clericales”.
José Lorenzo, redactor jefe de la importante revista católica española “Vida Nueva” escribe: “sobre el tema de las bendiciones ni la Congregación de la Doctrina quiso hacerle una zancadilla al Papa ni el Papa, que autorizó su negativa, hizo marcha atrás. La apertura de la Iglesia con papa Francisco para con los homosexuales es evidente, pero él sigue con el freno de mano puesto, en una Iglesia que no ha asimilado siquiera a Amoris Laetitia hasta el punto que se ha tenido que declarar un Año de la Familia a los cinco años de la misma, el que se está celebrando desde el 19 de marzo. Quienes criticaron Amoris Laetitia están detrás de las presiones que forzaron la nota de la Congregación de la Doctrina. Es demasiado quizás pedirle ahora a quien se preguntó: “¿Quién soy yo para juzgar a los gays?” y reclamó beneficios legales civiles para las uniones homosexuales, la bendición sacramental; pero Francisco ha abierto el proceso para que un día se acabe haciendo así”.
En Alemania, 266 teólogos han rechazado el texto. Por su parte el cardenal arzobispo de Viena (Austria) Cristoph Schonborn, que también es un reconocido teólogo, afirmó en una entrevista: “No me ha gustado esta declaración de Doctrina de la Fe por la sencilla razón de que el mensaje que dejó públicamente fue tan solo un “no”. La Iglesia es madre y maestra; ha de enseñar, pero antes que nada ha de ser madre para todos los hijos de Dios. Una madre nunca rechaza una bendición, aunque su hijo o hija tenga problemas con la vida; todo lo contrario”. Según el cardenal la bendición no es la aprobación de una conducta, sino el pedido de ayuda divina; no es un sacramento y por lo tanto no hay que confundirla con el matrimonio. El cardenal dijo sentirse afligido porque, más allá de las buenas intenciones del texto, ha sido una herida para muchos hombres y mujeres. Algunos además han lanzado graves difamaciones, sin prueba alguna, afirmando que la mayoría de los sacerdotes y religiosas son homosexuales o que los homosexuales y los curas tienen muchísimo en común, lo que es una burda mentira.
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