
Al cumplirse diez años de guerra en Siria, el nuncio apostólico en Damasco, Mario Zenari, comentó: “No caen más bombas en la ciudad, pero hay largas filas para comprar un pedazo de pan a pesar de ser Siria un país de la “medialuna fértil”, hay largas colas para obtener gasoil para la calefacción doméstica en este invierno a pesar de tener cantidad de pozos petrolíferos…
…Los muertos de esta guerra son casi medio millón, casi seis millones los refugiados en los países vecinos y otros tantos lo desplazados en el país. Hay 200 mil personas desaparecidas o retenidas ilegalmente. El 90% de la población está por debajo del nivel de pobreza. Más de la mitad de los cristianos se han ido del país. Faltan escuelas, hospitales, personal sanitario; la producción y el trabajo están en lo mínimo histórico. Los que más han sufrido son los niños, muchos de ellos huérfanos de padre y madre, crecidos estos años en la calle sin conocer un año de paz. Han muerto 22 mil niños y son dos millones los que no van a la escuela”.
Esta guerra empezó en marzo de 2011 con manifestaciones a favor de la democracia pero degeneró después, con la intervención de potencias extranjeras. En el Consejo de Seguridad de la ONU se ha acudido más de 15 veces al derecho al veto; nunca se logró hacer callar las armas. Ahora el gobierno sirio controla el 60% del país; el norte está en manos de Turquía, en el noroeste está Al Qaeda y en el noreste están los kurdos.
El papa Francisco ha pedido solidaridad a la comunidad internacional y ha lamentado “una especie de manto de silencio que cubre la guerra que ha devastado Siria a lo largo de diez años”. Más de 500 personalidades de todo el mundo han pedido al Papa con urgencia que ayude para que se levanten las injustas y coercitivas medidas económicas impuestas por los países de la Unión Europea y Estados Unidos sobre el pueblo sirio, las que impiden también el envío de ayuda humanitaria. El mismo pedido han hecho a dichos países la Cáritas Internacional y Ayuda a la Iglesia que sufre, para evitar una verdadera catástrofe.
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