
España se ha convertido en el séptimo país del mundo que legisla a favor de la eutanasia junto a Bélgica, Luxemburgo, Holanda, Canadá, Nueva Zelanda, Colombia. La pueden solicitar los mayores de edad que sufren una enfermedad grave e incurable o un padecimiento grave, crónico e imposibilitante que afecte la autonomía y genere un sufrimiento físico o psicológico, constante e intolerable.
El secretario de la Conferencia Episcopal, obispo Luis Arguello ha comentado: “Se ha buscado la solución de evitar el sufrimiento, provocando la muerte del que sufre. Es dramático que en España haya 60 mil personas cada año que mueren con sufrimiento pudiendo remediarlo con una política adecuada de cuidados paliativos. Desde ahora en adelante habrá que dar pasos concretos para promover un testamento vital con declaraciones anticipadas para que los ciudadanos manifiesten de manera clara y determinada su deseo de recibir cuidados paliativos y no la aplicación de esta ley de eutanasia”.
El Comité de Bioética de España, organismo adscrito al Ministerio de Salud pero no consultado en este caso por el gobierno, declaró: “La eutanasia y el suicidio asistido no son un derecho ni signos de progreso sino un retroceso de la civilización. La buena praxis médica es el recurso a la sedación paliativa frente a casos específicos de sufrimiento existencial refractario”.
Según José Carlos Bermejo, religioso director del Centro de Salud San Camilo: “Ha sido una ley que , como mínimo, puede definirse una obscenidad; ha salido en un momento en el cual todos buscamos proteger la vida sobre todo de los más frágiles, sin debate social, sin universalizar los cuidados paliativos en el país, sin entender que la gente pide no sufrir, pero no que la maten. En Holanda casi la cuarta parte de los médicos admite haber acabado con la vida de enfermos que no le habían dado su consentimiento. Es la pendiente resbaladiza de una ley que lleva a estos extremos. No hay un derecho a morir, ni la eutanasia es una muerte digna. Los colegios médicos y las personalidades más relevantes en el campo del derecho y la medicina son contrarios a la eutanasia. Quizás no hemos trabajado lo suficiente para promover una alfabetización ética para saber de qué hablamos”. Las decisiones realmente contrarias a la dignidad humana son las de aquellos que descartan aquellas vidas que no cumplen con ciertos parámetros de salud, de utilidad etc., por lo que corremos el riesgo de caer en una cultura de la muerte.
Según el obispo de Canarias, José Mazuelos, que es también médico y presidente de la comisión episcopal de Familia y Vida: “la ley de eutanasia es el triunfo del capitalismo salvaje de la mano de los que se dicen de izquierda”.
La mafia medica
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