
Es el título de un libro del español Juan Vicente Boo, vaticanista y corresponsal de ABC en el Vaticano desde hace 22 años. Según él, de las tres instituciones en las que él trabajó (ONU, UE, Vaticano), la última es la menos transparente, igual que otras instituciones eclesiásticas “que viven de espaldas al mundo real y apenas reaccionan ante lo que publica la prensa”. El consejo que se les da a los nuevos llegados a la curia vaticana es: “escucha todo, observa todo y no digas nada”.
Afirma Juan Vicente Boo: “El papa Francisco por el contrario nunca nos ha sugerido, ni de lejos, silenciar lo que va mal. Varias veces nos ha dicho que hasta los escándalos tienen una función saludable; ayudan a hacer limpieza y solucionar problemas. Él trata en las entrevistas todos los temas con naturalidad: los positivos y los negativos. Hay grupos de prensa sistemáticamente hostiles al Papa y al Vaticano pero que usan noticias falsas; a una parte del público le gustan las historias falsas aun sabiendo que lo son. En el Vaticano no es oro todo lo que reluce, pero hay mucho oro que no reluce porque su prioridad es servir, y no hacer carrera. Por fortuna el carrerismo que tanto ha combatido Francisco, está en retirada. El clericalismo y el patriarcalismo siguen siendo los grandes pecados de la Iglesia, pero el 22 de diciembre de 2014 el Papa habló públicamente de las 14 enfermedades de la Curia Vaticana y eso fue lo más duro que se dijo a los curiales en los últimos siglos; y todos lo recuerdan. Las reformas de Francisco están avanzando y no creo que pueda haber pasos atrás; inclusive es probable que el próximo Papa pise el acelerador”.
En otro libro-conversación con el Papa del sacerdote italiano Marco Pozza, el Papa habla de la “ira de Dios que es contra el mal de inspiración satánica y no contra el mal generado por la debilidad humana. El diluvio en la Biblia ha sido el resultado de la ira de Dios contra una corrupción generalizada, obra del Maligno. Fue un diluvio universal, lo que podría sucedernos a nosotros también si seguimos por el camino actual, a causa del levantamiento de la temperatura y el deshielo de los glaciares”.
En otro libro del periodista argentino Nelson Castro, el Papa dijo que no le teme a la muerte y que no morirá en la Argentina; morirá en Roma, en el cargo o emérito. No descarta por lo tanto la posibilidad de renunciar y tampoco dijo que no volvería a visitar Argentina, como lamentablemente trascendió en la prensa. Es sabido que hasta ahora Francisco no ha vuelto a la Argentina porque son otras sus prioridades de Pontífice y además porque en su propio país todo lo que dice es objeto de tironeo entre facciones, ya sea de un lado o del otro de la grieta que vive el país, involucrándolo permanentemente en la política local.
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