ITALIA: MANIFIESTO en FAVOR de los INMIGRANTES

dos mujeres y un varón inmigrantes protestan en Italia
«Italianos sin ciudadanía»

El misionero comboniano p.Alex Zanotelli ha trabajado largos años en Sudán y en Kenia y volvió a Italia en 2001 para trasladarse a Nápoles en el corazón del imperio mafioso de la Camorra. Es conocido en toda Italia por ser un profeta incómodo. El 3 de febrero pasado se ha plantado frente al parlamento italiano, empezando un ayuno público en protesta contra los gobiernos italiano y europeo por sus políticas hacia los inmigrantes.

En su manifiesto declara: “Como cristiano y misionero, en nombre de Jesús de Nazaret, protesto por cómo se tratan a los prófugos que golpean a nuestras puertas en Europa  y en Italia. Es inaceptable que el año pasado hayamos dejado morir en el Mediterráneo a 800 prófugos que huían de los campos de concentración líbicos. Ya en el Mediterráneo podrían estar sepultados cien mil seres humanos. Es inaceptable que se tolere que en Libia los emigrantes africanos que buscan llegar a Europa terminen siendo encerrados en horribles “lager” donde los varones son torturados y las mujeres estupradas. El año pasado once mil prófugos fueron interceptados en el mar y devueltos a la fuerza a los lager. Es inaceptable que la Unión Europea obligue a 18 mil refugiados a vivir en los infiernos de Lesbos y otras islas griegas por estarles prohibida la entrada a Europa. Nadie mueve un dedo por los miles de prófugos asiáticos que han llegado a Bosnia y sobreviven abandonados por todos, en el gélido invierno balcánico. Es una total absurdidad decir que en un continente de 500 millones de habitantes no se pueda recibir a 5 millones de personas. Estamos llevando adelante políticas racistas y xenófobas que preparan futuros nuevos Holocaustos. La Iglesia tampoco puede ser neutral frente a esta barbarie; su misión no es la neutralidad sino la profecía”.
Zanotelli y tantos otros con él están preocupados por la ola negra de racismo, nacionalismo y xenofobia que se extiende por toda Europa. Lo que más preocupa es la indiferencia de los católicos. Se pregunta Zanotelli: “¿No es el momento oportuno de abrir nuestras comunidades a la acogida para los amenazados de expulsión? ¿Para qué sirven los conventos y las casas religiosas, en muchas partes vacías, si no es para acoger a los que la sociedad opulenta no quiere? Cuando uno ve tantas injusticias se pregunta: ¿Dios, dónde estás? Pero si Dios no responde es por qué ese silencio nos convoca a asumir nuestras responsabilidades. Por su parte Dios nos ha revelado que siempre está con los pobres, esclavos y oprimidos; de allí que tenemos que organizarnos y luchar hoy más que nunca porque la vida de los pobres está amenazada”.