Unas quinientas firmas de líderes católicos y evangélicos fueron presentadas a la Cámara de Diputados de Brasil con el pedido de destitución como presidente de Jair Bolsonaro por su “gestión irresponsable y negligente en la pandemia”. Se habla de “conducta criminal y autoritaria”. La lista incluye a miembros y organizaciones de todas las Iglesias cristianas, aún sin tener el apoyo formal de sus máximas autoridades.
En el comunicado se lamenta que “algunos cristianos dieron su apoyo acrítico e incondicional a Bolsonaro. Por eso queremos mostrar que la verdadera fe cristiana necesita ser rescatada ya que el cristianismo no es un bloque monolítico”. Entre los firmantes católicos se encuentran el obispo amazónico Erwin Krautler, los teólogos Leonardo Boff, Frei Betto, Agenor Brighenti y Marcelo Barros entre otros. Amplios sectores de la población, ya sea de izquierda como de derecha, han pedido su destitución. Brasil es el segundo país del mundo con más muertos por COVID-19, después de Estados Unidos. El gobierno de Bolsonaro, igual que el de Trump, ha sido tercamente negacionista y es acusado del dramático colapso en Amazonia. Según Frei Betto, “diariamente mueren más de mil personas por COVID 19, falta de oxígeno en Amazonía que es tenida como el pulmón del planeta y donde muchos mueren por asfixia. Es necesario que todos sepan del genocidio promovido por el gobierno Bolsonaro. Más de cincuenta pedidos de “impeachment” ya duermen en las oficinas del Congreso Nacional. Vivimos en un país que no tiene gobierno, ni política de salud, ni suficientes vacunas, oxígeno y camas disponibles en los hospitales. Bolsonaro ha sido acusado de crímenes de lesa humanidad por genocidio y ecocidio”. El 28 de enero organizaciones cristianas, el CIMI, REPAM y varias congregaciones religiosas (entre las cuales los Dehonianos) han publicado un comunicado pidiendo la destitución del presidente y lamentando que una de cada diez personas que mueren en el mundo por Covid es brasilera; denuncian el amplio uso de noticias falsas sin pruebas científicas, la desigualdad y la discriminación racial. Piden la intervención de actores internacionales en la región amazónica. “Manaos es el laboratorio a cielo abierto de todo tipo de negligencia y barbarie, sin que nadie sea castigado”, afirman.
Debe estar conectado para enviar un comentario.