VENEZUELA: ¿FUTURO SIN SALIDA?

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En las elecciones parlamentarias del pasado 6 de diciembre en Venezuela la oposición, muy dividida y sin un proyecto claro, no participó y acudió tan solo el 31% del electorado. El gobierno pasó a controlar la Asamblea Nacional y el poder legislativo, el único poder que estaba en manos de la oposición desde 2015. Presentamos aquí el comentario del jesuita p. Alfredo Infante, ex director de la revista SIC de los jesuitas y coordinador de Derechos Humanos del Centro Gumilla de Caracas.

“El proceso electoral fue totalmente inconstitucional, con una gran abstención de votos pero no porque la oposición haya llamado a abstenerse sino porque hay una gran disconformidad con la política. Esto es muy doloroso en una democracia. Además la oposición pierde el parlamento y un activo moral porque hasta el momento se había mantenido en el terreno constitucional y con respaldo internacional. Hoy en día tanto el régimen de facto como la oposición partidista han perdido una importante base social. Se está percibiendo una disconformidad alarmante hacia la política. Ambos polos representan una minoría que no ha logrado interpretar las aspiraciones del cuerpo social ni movilizarlas. Hay una grave brecha entre las aspiraciones legítimas del cuerpo social y los políticos. Y esto ha llevado a la desmovilización política ciudadana, lo que juega a favor del régimen que es una minoría pero con poder y que controla para sus intereses el aparato del estado. Muchos extrañan la democracia y el estado de derecho pero no quieren saber nada con la política. Y así el régimen de facto permanecerá en el poder en medio de un gran malestar social. Por su parte la minoría opositora carecerá de poder y cada vez más también de legitimidad por parte de la población. Sin embargo, a pesar de esta catástrofe, está naciendo un sentido de responsabilidad social más profundo en un sector importante de la población que hace esperar”.