
Después que las Facultades de Derecho de las universidades católicas, los evangélicos y los ortodoxos protestaran contra la legalización del aborto, se oyó la voz también de las mujeres de las villas, a las que algunos acusan de los abortos clandestinos.
Ellas se dirigieron con una carta al papa Francisco denunciando esas falsedades. Escriben al Papa porqué “nuestra voz no es escuchada”. Dice la carta: “Somos mujeres que trabajan codo a codo para cuidar la vida de muchos vecinos, con tres comedores instalados por nosotras y sin ningún aporte estatal. Lo que tenemos se comparte y se multiplica. Nos espanta que el proyecto de aborto legal sea posible para nuestras jóvenes adolescentes desde los 13 años y se pretenda que esto sea en favor de las mujeres pobres. En los centros médicos asistenciales ya nos dicen que es una irresponsabilidad traer otro hijo al mundo, que el aborto es un derecho, que nadie puede obligar a nadie a ser madre. Nos catalogan como fabricas de pobres, vividoras del estado. Nosotras salimos adelante con nuestro trabajo y nuestros hijos a cuesta, ayudándonos entre todos. Muchos creen que nuestra vida es la no deseada y que no tenemos derecho a tener hijos por ser pobres”. La respuesta del Papa fue inmediata: “Admiro su trabajo y su testimonio; la patria está orgullosa de tener mujeres como ustedes; sigan adelante porqué ustedes saben lo que es la vida”. Al margen de la carta el Papa añade que “el aborto no es un asunto primeramente religioso sino de ética humana, anterior a cualquier confesión religiosa”. Y se pregunta: “¿es justo eliminar una vida humana o alquilar un sicario para resolver un problema?”. La pregunta parecía responder a la afirmación del presidente Alberto Fernandez que había dicho: “El proyecto de ley no es contra nadie; es para resolver un problema de salud pública”. Por su parte el doctor Fernando Secin, distinguido urólogo, oncólogo y cirujano, comentó: “La gente más pobre no necesita que le maten a sus hijos; necesita trabajo, alimento, educación, atención médica. Por cada muerte de mujer por aborto provocado, mueren siete madres que querían tener a sus hijos, pero mueren por dificultades en la atención médica”.
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