ÓBOLO DE SAN PEDRO: DINERO DE LOS POBRES

El óbolo (=ofrenda) de San Pedro es la ayuda económica que todos los fieles católicos del mundo y las Iglesias Locales ofrecen al Papa para las múltiples necesidades de la evangelización y las obras de caridad en las diócesis y zonas más pobres del mundo, sobre todo donde hay guerra, hambre, desastres naturales etc.

El obispo Nunzio Galantino, secretario general de la Conferencia Episcopal Italiana y nombrado por el Papa al frente de la Administración del Patrimonio de la Santa Sede (APSA), ha declarado que el Óbolo de san Pedro “no ha sido saqueado o desviado para otros fines,  como se ha escrito en ocasión de la compra del inmueble de Londres. Ya que la economía del Papa no se rige por impuestos, se sostiene con las donaciones y las rentas de su patrimonio. El Óbolo apunta a sostener la labor evangelizadora y de caridad del Papa y a pagar los estipendios de los que colaboran con él en la curia vaticana. No todo lo que se recibe, se gasta; lo que queda se invierte pensando en el futuro, con prudencia y competencia. En las reformas que está promoviendo el papa Francisco, está en juego un cambio de mentalidad siempre difícil a realizar con facilidad y velozmente. Las recientes reformas miran a reducir al máximo los gastos de funcionamiento interno a favor de los gastos con fines misioneros y asistenciales”.