NUEVA ZELANDA: SE APROBÓ EUTANASIA

«Hoy el 99% de los dolores físicos se pueden aliviar sin tener que matar a alguien. La alternativa sufrimiento insoportable o muerte es falsa». Miguel Pastorino.

Como resultado de un referéndum del 30 de octubre pasado, el 62,2% votó a favor y el 33,8% en contra de la eutanasia para enfermos terminales. El doctor John Kleinsman que lidera el grupo de expertos de la Conferencia Episcopal comentó: “Estamos a punto de cruzar un Rubicón, una línea sin retorno. Ya en 33 jurisdicciones de todo el mundo se han rechazado leyes similares en los últimos cinco años, debido a los riesgos que representan para las personas vulnerables….

Es de lamentar el acceso desigual a cuidados paliativos de calidad y al apoyo para la salud mental y sobre todo las crecientes tasas de abuso de ancianos, soledad y aislamiento social entre nuestros mayores”. El profesional que es experto en ética médica, añadió: ”Las personas eligen principalmente la eutanasia no por el dolor intratable sino por razones existenciales y sociales y eso es perturbador. Existe una grave preocupación por las llamadas “muertes asistidas” de los que padecen enfermedad terminal, la que afecta a entre 20 mil y 25 mil personas cada año. En cuestión de tiempo nuestros parlamentarios se verán presionados para ampliar aún más la eutanasia, como ya ha sucedido en otros países. Es un camino muy peligroso y resbaladizo; y estamos solo en el comienzo”. Efectivamente en Holanda, que fue el primer país del mundo en legalizar la eutanasia en 2002, ésta se fue progresivamente ampliando hasta llegar a los niños de 1 a 12 años que sufren dolores insoportables sin esperanza. A esta barbarie se llega en los países del bienestar egoísta y materialista donde el derecho a la vida se transforma en derecho a la muerte. El año pasado en Holanda han muerto por eutanasia 6.361 personas, debido a enfermedades terminales o graves trastornos psíquicos. En ese país se ha llegado a proponer una ley de eutanasia hasta para los ancianos sanos, mayores de 75 años, que están cansados de vivir.