Los evangélicos son una rama del protestantismo y en su mayoría hoy en Estados Unidos, son neopentecostales y fundamentalistas. Según una encuesta a nivel nacional en Estados Unidos publicada el 19 de octubre, los evangélicos blancos, excluyendo por lo tanto a los latinos y afroamericanos, son los más fieles a Donald Trump.

Mientras casi todos los grupos religiosos destacan que el principal problema hoy en el país es la pandemia, para ellos los problemas más críticos son el aborto y el terrorismo y el 76% aprueba la forma en que Trump manejó la pandemia y creen que el país se está moviendo en la dirección correcta. Ellos piensan que Dios le ha otorgado a Estados Unidos un rol especial en la historia. Son los defensores de la supremacía blanca conservadora y de sus privilegios, en especial contra la invasión de los inmigrantes. En las elecciones de 2016 el 81% de los evangélicos blancos votó por Trump, sin prestar mucha atención a su testimonio “evangélico” en lo moral y religioso. Muchos de ellos tienen ahora importantes cargos en el gobierno. Ya había advertido el famoso evangelista televisivo Billy Graham en 1981: “Me molestaría si hubiera una alianza entre el fundamentalismo religioso y la derecha política. La extrema derecha no tiene ningún interés en la religión, excepto que para manipularla”. Es lo que está sucediendo. Pero el país está siendo cada vez menos blanco y lamentablemente menos cristiano.