El teólogo brasileño Leonardo Boff compara la Fe a la bicicleta, que para andar necesita de dos ruedas. La primera rueda es la oración y los sacramentos; la segunda es el compromiso para con los pobres y con los que sufren. No puede haber la una sin la otra.
Refiriéndose a la realidad de Brasil, escribe Boff: “En la fe cristiana proclamada por las iglesias evangélicas neopentecostales (Pare de sufrir, Asambleas de Dios etc.) nunca se habla de justicia social, equidad, solidaridad o del mensaje de las Bienaventuranzas. Recurren al Antiguo Testamento cuando en un primer tiempo se consideraba la prosperidad material como una bendición de Dios. La mayoría de estos pastores son lobos con piel de oveja que explotan la fe simple de los humildes y sus necesidades en beneficio propio. Apoyan gobiernos conservadores y reaccionarios; no respetan la Constitución que prescribe la laicidad del Estado. El actual Presidente se apoya por conveniencia en estas iglesias que no le cuestionan nada; y ellas le indican nombres para altos cargos en el gobierno. Junto a ellos hay un grupo de católicos nostálgicos del pasado que se oponen inclusive al Papa y al Sínodo Amazónico. Especialmente las cadenas católicas de televisión reducen el cristianismo a una religión devocional y de santos o a una exclusiva ética familiar. Este tipo de cristianismo es un cristianismo cómodo, que quiere quedar bien con todos, sin arriesgar nada; como si Jesús no hubiera muerto en una cruz. El Papa en la reciente encíclica exige a todos los cristianos comprometerse en política, es decir en la búsqueda del bien común; pide encarar una nueva economía al servicio de todos y defender el medio ambiente. Inclusive prefiere a los no creyentes que practican la solidaridad, a los cristianos que son indiferentes al sufrimiento humano. El que se olvida del hermano, no será escuchado por Dios, por más que rece. El Papa, siguiendo a san Francisco, se presenta como hermano universal y nos dice que podemos y debemos alimentar el sueño de una fraternidad sin fronteras. No hay que dejar que ese sueño sea el sueño de una persona sola. Como decía Helder Cámara: “el sueño de uno solo queda sueño, pero si son muchos los que sueñan, ese sueño se hace realidad”.
Excelente la reflexion de Boff sobre la fe! Estoy de
Acuerdo totalmente en las dos ruedas de la «bicicleta»,
Las dos dimensiones indispensables de la fe cristiana y la practica concreta de estas dos dimensiones : para caminar
«HAY QUE PEDALEAR» !!!!
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