ENCICLICA: REACCIONES SIGNIFICATIVAS

El Gran Imán Ahmad al-Tayyeb de Egipto escribió en un tweet el 4 de octubre: “El mensaje de mi hermano Papa Francisco es una extensión del documento sobre Fraternidad Humana que hemos firmado juntos y analiza una realidad global en la que las personas más vulnerables y marginadas son las que pagan el peor precio. Es un mensaje que devuelve a la humanidad su consciencia”.

El asesor del Gran Imán, juez Mohamed Abdel Salam, estuvo  en el Vaticano en la presentación de la encíclica. Dijo: “Los dos documentos sobre fraternidad humana marcan el inicio de una nueva época histórica. Impulsan el nacimiento de un nuevo orden mundial, basado en la dignidad inviolable de la persona humana con todo sus derechos”. Añadió que se organizarán foros para que los jóvenes islámicos estudien la encíclica. La universidad de Al-Azhar (Egipto), centro cultural y religioso del Islam sunita, ya había declarado que “el Islam y el Cristianismo, las dos mayores religiones, como tales nunca han estado en la raíz de los conflictos y guerras del pasado; por el contrario representan lo opuesto a conflictos y guerras en las que son involucradas e instrumentalizadas. Todos los hombres somos hermanos y esta es la doctrina correcta del profeta  Mohammed; hay que contrarrestar todas las manipulaciones de la fe islámica que intentan construir ideologías de dominación y atropello”. 

El destacado  sociólogo francés Edgar Morin escribió: “Después de las banderas de la libertad e igualdad, protagonistas del 800 y del 900, la bandera de la fraternidad puede llegar a ser la protagonista del siglo XXI. Vivimos en una época desierta de pensamiento. Francisco nos ayuda a repensar la sociedad,  a abrirnos al horizonte de un humanismo planetario, proponiendo  nuevos rumbos para la humanidad. Nos ayuda a descubrir que en Europa hemos totalmente olvidado a los pobres, los hemos marginado. Se ha intentado erradicar la religión, pero todos esos esfuerzos han fracasado. Yo no soy creyente, pero me uno a Francisco que impulsa una nueva civilización y como san Francisco de Asís proclama la dignidad de los seres humanos y de todas las criaturas”.

El filósofo italiano Gianni Vattimo: “Para que haya esperanza hay que contemplar el mundo religioso. El Papa es el que puede guiar como líder la transformación del mundo. Un compromiso popular, espiritual y religioso es lo que puede ayudarnos. Para eso la figura de Francisco es fundamental”. El diario “Washington Post” ha escrito: “La encíclica es un recordatorio de lo lejos que se ha alejado nuestra política de promover el bien común; por eso es un documento indispensable”. No faltó la crítica de uno de los mayores economistas liberales alemanes, Clemens Fuest: “El documento abunda de ideologías antieconómicas de mercado y de ideas equivocadas sobre la globalización y el rol de la propiedad privada. La condena del mercado y del presunto neoliberalismo es la parte más discutible del documento. Una sociedad basada exclusivamente en la caridad no funciona”.