p. GUERRERO: TRANSPARENCIA EN LA CURIA

“Los feligreses tienen derecho a saber cómo se usan los recursos de la Iglesia”.

El jesuita español p. Juan Antonio Guerrero es el nuevo prefecto de la Secretaría para la Economía en la curia vaticana, equivalente a un ministerio de finanzas. Encargado por el Papa, ya ha entrado de lleno en el trabajo, acompañado por profesionales del más alto nivel. En una entrevista ha dicho: “Los que piden transparencia tienen razón…

…La economía de la Santa Sede debe ser una casa de cristal. Estamos aprendiendo de los errores e imprudencias del pasado. Con el impulso decidido e insistente del Papa, buscamos ahora acelerar el proceso. Los feligreses tienen derecho a saber cómo se usan los recursos de la Iglesia. No somos propietarios sino custodios de los bienes recibidos”. Guerrero presentó por primera vez desde 2015 las cuentas de la curia vaticana o Santa Sede, que comprende a 60 entidades al servicio del Papa y de la evangelización, pero no al Estado Vaticano. El balance se refiere al año pasado. Hubo un déficit de 11 millones de euros, mucho menor que el año anterior. Con respecto a los déficit, señala Guerrero: “Es normal que tengamos déficit; se llevan a cabo servicios que no se venden ni se patrocinan. Nuestro objetivo no es ganar plata como cualquier empresa con fines de lucro. Lo que buscamos es tener lo necesario para el servicio a la misión de la Iglesia; por eso el déficit debe ser sostenible”. Según datos presentados por Guerrero la Curia tiene un patrimonio neto de 1.402 millones de euros. Se mantienen 125 nunciaturas con 43 millones de euros. “Se hace mucho con poco”, subraya Guerrero; “cualquier universidad de Estados Unidos tiene un presupuesto mucho mayor”. Se confirma que ha habido una “mala gestión “ de 700 millones de euros y una operación “opaca” en la compra-venta de un lujoso edificio de 17 mil metros cuadrados en Londres. Por lo que respeta el balance de todo el Vaticano se calcula un patrimonio neto de 4 mil millones de euros. El dinero de la Santa Sede y del estado del Vaticano está destinado principalmente a obras de religión o de caridad en el mundo entero.