Como era de esperar, a la inútil provocación ha llegado la respuesta, fruto y origen de más odio en la sociedad. El 25 de septiembre frente a la antigua sede en París del semanario satírico, un paquistaní de 18 años acuchilló a dos personas porque estaba “indignado por las viñetas contra el profeta Mahoma” que había vuelto a publicar recientemente esa revista.
El paquistaní pensaba incendiar la redacción del semanario, pero este hace tiempo había cambiado de sede y se había mudado a un lugar secreto y protegido. Este semanario ha suscitado indignación y repudio también el año pasado por los comentarios sobre el niño sirio Alan Kurdi de 3 años encontrado muerto en una playa turca (“se habría convertido en acosador de mujeres”). En 2016 recibió la crítica del diario vaticano L ́Osservatore Romano que lamentaba una caricatura de Dios que llevaba un fusil con sangre en sus manos. “Es lamentable e irrespetuoso para los fieles de todos los credos. Se olvidan que los líderes religiosos de todos los credos han pedido durante mucho tiempo ya, rechazar la violencia en nombre de la religión. Usar a Dios para justificar el odio, es una verdadera blasfemia”.
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