INMIGRANTES: CINCO AÑOS SIN AYLAN

Campo de refugiados de la Isla de Lesbos, recientemente incendiado.

La estremecedora foto del niño de tres años ahogado en el mar Mediterráneo hace 5 años en septiembre de 2015 y que el mar devolvió a la tierra en una playa de Turquía, dio la vuelta al mundo y conmovió a millones de personas. Se llamaba Aylan Kurdi y había huido con su familia de Siria para refugiarse en Europa.

Aylan fue víctima de una guerra inacabable en Siria y del egoísmo occidental que cierra sus fronteras a los inmigrantes. Con Aylan fallecieron también su hermano de cinco años y su madre; solo el padre sobrevivió al naufragio del bote en el que cruzaban el mar. Hoy el drama de los refugiados sigue como antes, con menos visibilidad en la prensa. Occidente, desde el Mediterráneo hasta California, sigue recibiendo con alambradas, muros y confinamiento a miles de familias pobres que huyen con desesperación de la miseria, del hambre y de la guerra. En Europa los inmigrantes indocumentados o ilegales son menos del 1% de la población europea y se habla hipócritamente de una “invasión” en una Europa que alberga 500 millones de habitantes. Tan solo Alemania, el Reino Unido, Francia e Italia concentran  el 70% de la inmigración ilegal. La conmovedora foto de Aylan no sirvió de nada y ya fue olvidada.