VATICANO: LA DEUDA ECOLÓGICA DE LOS PAÍSES RICOS

En su mensaje del primero de septiembre, Jornada mundial de Oraciones por el cuidado de la creación, el papa Francisco habló de la “deuda ecológica de los países y empresas del Norte con respecto a los países del Sur por la explotación salvaje de sus recursos naturales, exprimidos como naranjas…

… ¿Quién pagará esta deuda? Los países y empresas del Norte se han enriquecido explotando los dones naturales del Sur, generando esta deuda ecológica. Esta deuda aumenta cuando algunas multinacionales hacen fuera de su país lo que no les está permitido en el propio. Es indignante. Es el momento de una justicia retributiva. Las comunidades indígenas han de ser protegidas de las empresas sobre todo multinacionales que extraen de sus tierras combustibles fósiles, minerales, madera.. Es un nuevo tipo de colonialismo  que obliga a refrendar una legislación internacional sobre las empresas extractivas. Renuevo mi llamado para borrar la deuda externa de los países más frágiles ante las graves consecuencias de la pandemia. Hay que restaurar el equilibrio climático. Se nos acaba el tiempo, como nos recuerdan los jóvenes. Hay que cumplir con los Acuerdos de París sobre el clima; sería catastrófico si no se reducen las emisiones. Hoy, y no mañana, debemos responsabilizarnos todos del cuidado del medio ambiente y rezar para que los recursos del planeta no sean saqueados sino compartidos de una manera justa y respetuosa”. La religiosa economista Alessandra Smerilli comentó desde su  oficina en el Vaticano: “Hoy el daño ambiental causado por la extracción no regulada de recursos naturales, se sigue considerando no intencional y externo a la actividad comercial. El Papa habla de “saqueo” porque cuando se saquean los recursos naturales de otros, es como cuando los vencedores conquistan un país y se llevan todas sus riquezas dejando atrás un desastre. Cuando las empresas son multinacionales, habría que contar con sistemas de “governance”, de tributación y de control que vayan más allá de los estados individuales”. Si la Jornada Mundial de oración para el cuidado de la creación ha sido compartida con la Iglesia Ortodoxa que la celebra hace varios años, las Iglesias cristianas de Europa celebran el Jubileo de la Tierra (o “Tiempo de la Creación”) desde el primero de septiembre hasta el 4 de octubre (fiesta de san Francisco) para conmemorar los 50 años del Día de la Tierra. El Papa invita también a los católicos a unirse a todos los cristianos para celebrar este Jubileo en el marco del año especial dedicado a la “Laudato si” que terminará el 24 de mayo del año próximo. El cambio climático y la pandemia deben alertar y movilizar a todos.