
El 11 de agosto pasado la Conferencia Episcopal de Venezuela sacó un comunicado en vista de las elecciones parlamentarias que el gobierno de Maduro convocó para el 6 de diciembre. Los obispos son conscientes de las irregularidades del proceso electoral que califican de “maniobras inmorales” y que detallan a continuación.
A pesar de eso afirman que “la participación masiva del pueblo es necesaria para vencer los intentos totalitarios del gobierno”. En ningún momento se habla de ir a votar o no, tampoco se plantea el dilema entre el voto y la abstención. Reafirman las condiciones para un proceso electoral democrático. Según los obispos, “en Venezuela la vía electoral es la vía normal, la más racional y pacífica, para establecer cambios; no hay otra salida en el marco de la constitución”. Pero exigen elecciones “libres, justas e imparciales con la participación de todos los partidos y movimientos políticos”. La de los obispos no es una postura partidista. Se hacen voz de lo que el pueblo está deseando: elecciones libres para una transición democrática. Se dirigen después a los que defienden la abstención: “Abstenerse no basta. Hay que generar propuestas y proponer alternativas viables, dentro de una estrategia unitaria. La sola abstención hará crecer la fractura político-social en el país y la desesperanza ante el futuro. No participar y hacer un llamado a la abstención lleva al inmovilismo, al abandono de la acción política y a renunciar a mostrar las propias fuerzas”. El jesuita José Virtuoso, rector de la Universidad Católica Andrés Bello, añadió: “No basta con abstenerse. Hay que buscar la manera como expresar el descontento y el deseo de cambio. El proceso electoral está viciado desde su inicio, pero es necesaria la movilización y la participación con campañas alternativas; es necesario unirse entre todos para lograr un cambio democrático”. Los obispos finalmente recuerdan como en 2005 un 70% de los votantes inscriptos se abstuvo, lo que llevó al control total de la Asamblea en manos del oficialismo. Este comunicado es un severo llamado al gobierno pero también una respuesta a la postura abstencionista de 27 partidos de oposición, entre los cuales los cuatro más importantes. Estos juegan al todo o nada y exigen diez condiciones para elecciones libres, justas y competitivas; según ellos “no hay abstención cuando lo convocado no es una elección sino un fraude”. Para Juan Guaidó la del gobierno “es una farsa; nadie acepta imposiciones de un régimen en agonía”. Por su parte la organización de venezolanos en exilio (VEPPEX) lamentó lo dicho por la Conferencia Episcopal: “Los obispos católicos no están interpretando correctamente la situación política del país. El ciudadano común ya perdió su fe en el voto, porque entendió que en la dictadura el voto no vale nada”.
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