
Ya a comienzos de este año Bill Gates (fundador de la empresa Microsoft) había confesado: “Una fortuna de 109 mil millones de dólares como la mía demuestra que la economía no es justa. He sido recompensado en forma desproporcionada por mi trabajo”; y pidió a Trump que aumente los impuestos a los más ricos. Ahora en una carta pública 83 multimillonarios se ofrecen a contribuir en el financiamiento de los sistemas de salud, de las escuelas y en temas de seguridad para resolver los problemas causados por la pandemia. “Tenemos una enorme deuda con las personas que trabajan en primera línea en esta batalla global contra la pandemia. La humanidad es más importante que nuestro dinero”, escriben.
En Estados Unidos existe la organización “Patriotic Millionaires” que pide subir los impuestos a los más ricos para frenar la desigualdad de ingresos y aumentar el salario mínimo y así incrementar el consumo general. Esta organización surgió en Estados Unidos hace casi diez años y está formada por los que ganan más de un millón de dólares anuales o bienes equivalentes a 5 millones. Su presidente Morris Pearl dijo en una entrevista al diario “Página 12”: “Yo no trabajo y sin embargo gano mucho más que los que trabajan y estoy pagando menos impuestos que ellos. Esto no es positivo para el conjunto del país. No queremos terminar con un “apartheid” entre unos pocos beneficiados y mitad o más de la población mundial que sobrevive como puede. La teoría del derrame desde que se comenzó a aplicar en los años 80, produjo una desigualdad cada vez mayor, que no beneficia ni a la economía. Si aumentamos el salario, aumenta el consumo y se incrementan las ganancias, lo que va a generar más inversiones. Necesitamos una mayor justicia impositiva para llevar adelante una política redistributiva. Si se sigue con la política actual, habrá rebeliones sociales que harán muy difícil la convivencia democrática. Este capitalismo financiero que busca ganar lo máximo posible en el menor tiempo posible, no funciona y pone en peligro la democracia; un minúsculo grupo de multimillonarios utiliza el dinero para incrementar su poder político y usa el poder político para incrementar su riqueza”. Esta confesión de parte parecería un diagnostico cercano al del papa Francisco sobre la realidad que nos toca vivir. ¿Será remordimiento, conversión, o cálculo político por miedo a los futuros estallidos sociales? Según OXFAM la brecha entre ricos y pobres nunca fue tan profunda; ocho personas poseen la mitad de la fortuna mundial. La cantidad de multimillonarios se ha duplicado en la última década. ¡Ojalá la contundencia de la realidad obligue a todos a convencerse de que nadie se salva solo!.
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