Según la OMS el país con más contagiados de COVID-19 en la región Asia-Pacífico es Filipinas superando a China. Son 89.374 en Filipinas y 84.292 en China; sin embargo los muertos en el primer caso son 1.983 y 4.634 en China. La Iglesia Católica ha criticado severamente al presidente Rodrigo Duterte por la gestión de la pandemia que podría haber sido una oportunidad para llamar a la unión y a la solidaridad; y no se aprovechó.

Para el presidente de Cáritas nacional, el obispo José Colin Mendoza, “orgullo, prejuicios y ambición de poder han prevalecido sobre el bien común de la población. El discurso del presidente es como un disco roto que recurre al mismo tono usado por la lucha contra la droga que desembocó en asesinatos extrajudiciales, corrupción y privilegios para amigos y aliados. No ha habido directivas claras y concretas para reforzar el sistema sanitario y ayudar a las categorías más vulnerables”. Duterte, por falta de alcohol y desinfectantes, sugirió a los pobres usar nafta. Las Iglesia también denunció la ley antiterrorista, el cierre del mayor canal de televisión y los ataques a los periodistas.

Poco tiempo atrás el presidente acusó al cardenal Luis Antonio Tagle de interferencia política y desviar fondos a favor de un partido de la oposición. “Son afirmaciones ridículas y sin fundamento. Que el presidente se ocupe de los verdaderos problemas del país”, fue la respuesta de la Conferencia Episcopal.