Según el reconocido teólogo venezolano y asesor del CELAM Rafael Luciani, el Consejo Nacional Electoral elegido en vista de las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre “no fue elegido de acuerdo a los cánones establecidos por la Constitución de Venezuela, ni como parte de un acuerdo político que permita recuperar la confianza en una verdadera salida electoral. No hay muchas alternativas para una salida pacífica al conflicto interno. Hasta hoy la única vía aceptable es la electoral…
…Esta vía solo es posible si los partidos políticos de la oposición tienen la capacidad de unirse con una misma estrategia; si saben hablarle claro al país con propuestas coherentes y unitarias, con una sola tarjeta electoral e involucrando a toda la ciudadanía para la auditoría y la defensa del voto. Si esto no lo entienden, quiere decir que no han aprendido nada de la lógica maquiavélica del régimen que se caracteriza por la sobrevivencia; actúa sin moral alguna con el único fin de permanecer en el poder a toda costa. El juego del régimen es desmoralizar a la población y dividir a la oposición para evitar movilizaciones populares. Según las encuestas actuales, más del 80% quiere votar libremente buscando una solución pacífica”. El 7 de julio la Comisión Permanente del Episcopado declaró que “Maduro es el principal responsable de la crisis del país; el gobierno se presenta como víctima de manejos internos y externos y esta no es más que la confesión de la propia incapacidad para gobernar al país. Mientras existan presos políticos y adversarios a los que se les niega su derecho a postularse, no habrá un proceso libre y soberano”. Como respuesta Maduro acusó a los obispos de ser “diablos con sotana” y a la CEV (Conferencia Episcopal Venezolana) de ser un “partido político”; y les advirtió que debido a su politiquería están creciendo rápidamente los evangélicos en el país. Maduro ha recientemente decretado la creación de una universidad de estudios evangélicos y ha instituido el Día de la Biblia. A los obispos les dijo: “Los obispos deben aprender a respetar al pueblo, que no quiere que se politicen los púlpitos con la intención de hacer política retrograda y de derecha. Nunca me verán a mí manipular santos”. Por su parte el obispo de San Felipe Víctor Hugo Basabe lo acusó de “mantenerse en el poder solo por la fuerza de las armas de los militares que han jurado con ellas proteger al pueblo y ahora las vuelcan cobardemente contra el mismo pueblo”. Ese mismo obispo fue acusado por Maduro de “delito de odio” por haber pedido en la homilía “liberar a Venezuela de la peste de la corrupción política que llevó el país a la ruina moral, económica y social”. En 2017 Maduro había promulgado una “Ley contra el odio” con penas de hasta 20 años de cárcel, la que se aplica contra todos los adversarios del régimen. El obispo auxiliar de Caracas Tulio Ruiz Ramirez y el párroco de Nuestra Señora de la Candelaria Miguel Acevedo han sido acusados de “instigar al odio” por haber calificado la situación alimentaria del país como “hambruna”.
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