
El cardenal Timothy Dolan de New York obsequió a todos los cardenales el último libro del escritor católico norteamericano George Weigel, titulado: “El próximo Papa: el oficio de Pedro en una Iglesia en misión”. El cardenal consideró el libro como “una importante reflexión sobre el futuro de la Iglesia”. El libro y el obsequio de Dolan desataron una fuerte polémica. Primero porque resulta poco respetuoso hablar de un próximo Papa cuando Francisco no está enfermo ni considera renunciar. Además porque resulta una especie de presión sobre los cardenales para encaminarlos hacia una determinada línea de pensamiento y hacia un tipo particular de candidato como próximo Papa.
Una Constitución Apostólica de 1996 prohíbe a los cardenales electores posicionarse públicamente sobre candidatos papales. En la Iglesia no hay campaña electoral. George Weigel es escritor y politólogo, una encumbrada figura del Catolicismo de Estados Unidos y de un talante eminentemente conservador. Criticó la encíclica “Amoris Laetitia”, el Sínodo de Amazonia y en general a todos los Sínodos; según él son “un disfraz para introducir ideologías progresistas en la Iglesia”. El concepto de “Sinodalidad” es “una cobertura retórica para la imposición de la agenda católica progresista en toda la Iglesia”. Son evidentes las críticas encubiertas hacia Francisco. Con este libro el autor aclara que no se nombran candidatos particulares ni ninguna estrategia para el futuro cónclave; más bien sería una agenda para el futuro de la Iglesia en el marco de la nueva evangelización. Dijo textualmente: “El colegio de cardenales no se ha reunido como grupo desde febrero del 2014. Este hecho desafortunado hace que los miembros del colegio de cardenales realmente no se conozcan entre sí. El libro ayudará a crear redes de conversación entre los cardenales para que puedan pensar juntos el futuro de la Iglesia”. Los tres grandes desafíos que el autor presenta para el próximo Papa son: el escándalo de los abusos (queda mucho por hacer), la reforma financiera (faltan reformas radicales para evitar una bancarrota), reconquistar a quienes han perdido la confianza en el Evangelio (la Iglesia está muriendo donde no se respeta la totalidad de la moral católica). “El nuevo Papa tendrá que intervenir para clarificar las abundantes confusiones que ha habido después del Concilio sin rupturas con el pasado, reivindicaciones y cambios de paradigma. Cristo “es el mismo ayer, hoy y siempre” (Heb 13,8). Un catolicismo que no se distingue del protestantismo liberal, no tiene futuro. El futuro de la Iglesia es el Concilio correctamente entendido y debidamente implementado”. El p.John Strynkosky, un conocido sacerdote de la diócesis de Brooklyn, desafió al editor a “publicar otro libro con el mismo título escrito por un sacerdote de una gran parroquia del sureste donde hay muchos trabajadores esenciales reducidos a la pobreza, afectados por las crisis actuales, con muchos inmigrantes indocumentados y muchos hogares que luchan por sobrevivir y para ser fieles al Evangelio. El perfil del próximo Papa sería diferente”.
Este cardenal yanqui, se cree Superman, fijense como agita su capa colorada y cardenalicia. Debe estar diciendo emocionado: «¡¡Ya tengo el poder!! en cualquier momento quiere remontar vuelo..
¡¡¡Como les gusta el poder y los trapos rojos!!! Je Je
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