En ocasión de la Semana del Orgullo Gay en Madrid del 1 al 5 de julio, el jesuita José María Olaizola escribió un artículo en el que condenaba el hecho de que las personas LGBT estén todavía “sujetas a desprecio, rechazo y persecución” y llamó a la Iglesia a “superar su incomprensión y a comprometerse a un mayor y mejor  integración, bienvenida y aceptación  de estas personas…

Un día no habrá necesidad de Orgullo Gay ni de ningún otro orgullo cuando todos reconozcamos la igual dignidad de toda persona, de cada persona más allá de su orientación sexual. Ellos viven el trauma de sentirse juzgados y muchos tienen vergüenza por tener un hijo homosexual y lo ocultan como si fuera  una tragedia. Muchos y muchas adolescentes escuchan burlas y comentarios despectivos hasta en el entorno familiar y entre sus seres queridos. En la Iglesia hay demasiado silencio ante algunas declaraciones que no responden a la realidad pastoral de nuestras comunidades. Hay demasiadas personas que reducen la orientación sexual a la ideología de género, cuando hay tantos  cristianos homosexuales que solo piden sentirse más en casa cuando se trata de estar en comunidad y en la Iglesia. Cada persona debe estar orgullosa de como Dios la creó porque la homosexualidad o la heterosexualidad no es una decisión caprichosa de nadie. Es parte (y solo parte) de alguien que es una persona humana”. Olaizola es teólogo y sociólogo, autor de varios libros y con gran proyección mediática. Este artículo ha sido publicado en el sitio web de los jesuitas españoles.