
La mayoría de los cristianos conservadores blancos (especialmente evangélicos) apoyan a Trump; no quieren la igualdad con las minorías y defienden la “supremacía blanca”. Ellos ven en Trump un campeón que los ha vuelto a poner en el centro de la vida americana. Según estas ideas, la nación ha sido moldeada por la “supremacía blanca” desde que los primeros africanos han sido deportados a América y vendidos como esclavos hace 400 años.
Según el teólogo católico Bryan Massingale: “La supremacía blanca consiste en el presupuesto por el que las instituciones políticas, el patrimonio cultural, las políticas sociales, los espacios públicos pertenecen a los blancos”. La discriminación racial se inserta dentro de la desigualdad social que es el gran problema de Estados Unidos. La violencia y la discriminación están presentes en toda la sociedad y hasta en los agentes públicos que deberían defender la justicia. Según Amnisty la policía estuvo involucrada en la muerte de más de mil personas el año pasado. El jesuita p.James Martin escribe: “Como sacerdote jesuita condeno el racismo y me hago solidario con los que luchan por la justicia y la igualdad. Reconozco que como americano me he beneficiado de los privilegios de los blancos, como católico no he atribuido al pecado del racismo la atención necesaria en este país, como jesuita por haber tenido en el pasado hombres y mujeres esclavos”. Los jesuitas americanos poseían en sus instituciones y a veces vendían esclavos hasta 1838. El asesinato de Floyd, o más exactamente su ejecución extrajudicial, revela la cultura de la supremacía blanca, una cultura violenta alentada y exacerbada por Trump. Sigue diciendo el p.Martin: “Esto que sucedió debería indignar a todos, pero en especial a los americanos blancos que se dicen cristianos. Hace dos mil años los soldados romanos clavaron en la cruz al cuerpo de Jesús mientras los demás estaban mirando y él clamaba: “tengo sed”. Lo mismo le pasó a Floyd. Si lloramos por Cristo muerto en la cruz y no por estos hermanos, entonces no hemos entendido nada”.