
El año pasado se han cerrado en España 32 monasterios de clausura, en su mayoría femeninos. En los últimos dos años se han cerrado en media dos conventos al mes. Los monasterios han pasado de 8O1 a 783 (de los cuales 748 son femeninos). Los monjes y monjas de clausura que en 2018 eran 9.202, ahora son 8.731; la mayoría son monjas (8.273). Los cierres se deben a la falta de vocaciones, problemas económicos y a una media de edad muy alta entre otros motivos. La vida de los monjes y monjas consiste en una vida de comunidad, de oración y trabajo diario para la subsistencia. Hoy se van fusionando o federando muchos monasterios. Afirma el abad del famoso monasterio de Silos, p.Lorenzo Maté: “Hay que tener en cuenta la calidad de vida evangélica, su radicalidad y coherencia, más que el número. En la Iglesia la vida consagrada siempre ha sido y será minoritaria y la vida contemplativa aún más. Numéricamente seremos menos, pero la grandeza de la vida religiosa no está en el número sino en el ejemplo de nuestra vida, porque puede ser un serio interrogante para nuestros contemporáneos, de manera que quienes nos contemplen se pregunten porque vivimos así. Que les recuerde que lo principal de la vida es amar a Dios y a los hermanos”.