
El gobierno militar provisional de Sudán, que el año pasado destituyó y arrestó al dictador Omar Hassan al-Bashir después de 29 años de atropellos, prohibió por ley las mutilaciones genitales femeninas. Son 2OO millones, según UNICEF, las jóvenes y las niñas que sufren estas mutilaciones genitales. Es una práctica difundida sobre todo en África y Oriente Medio, de origen preislámica. Se practica en 30 países africanos, en Yemen y Emiratos Árabes. Tres países islámicos (Egipto, Etiopía, Indonesia) concentran la mitad de estas mujeres. Son 44 millones las niñas hasta los 14 años víctimas de esta práctica. Este rito tribal arcaico se basa en una percepción negativa, mitificada y sometedora de la sexualidad femenina.