Comenzó la fase diocesana en Polonia del proceso de beatificación de los padres de Juan Pablo II, que ya son Siervos de Dios. A los nueve años el Papa perdió a su madre Emilia que había completado su embarazo en medio de mil dificultades, a pesar de que los médicos le aconsejaran interrumpir el embarazo. Los nueve años posteriores fueron de continuas hospitalizaciones y un constante deterioramiento de la salud hasta la muerte en 1929.
En su pueblo natal, Wadowice, le han dedicado a Emilia la “Casa de la madre sola” en favor de las mujeres que protegen y crían a sus criaturas a pesar de las dificultades. Tres años después murió su hermano mayor Edmund con solo 26 años. Siendo médico de guardia en Cracovia, perdió su vida en 1932 por atender a un joven paciente enfermo de escarlatina, enfermedad para la cual no existía ningún remedio en aquel entonces y se contagió. A los 12 años él que sería Papa, se quedó solo con su padre Karol que lo acompañó hasta la edad adulta con su fe inquebrantable, honestidad y amor a la Virgen de Czestochowa. “El simple hecho de verlo arrodillado rezando, influyó decisamente en mis años de juventud”, recordó Juan Pablo. A los 21 años perdió a su padre que murió en una fría noche de invierno de 1941 en plena guerra mundial. El papa Francisco al canonizar a Juan Pablo II, debido también al testimonio cristiano de su familia, lo definió “el Papa de las familias”.
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