SUECIA: MODELO CUESTIONADO

Suecia y Coronavirus: estrategia atípica.

El método de lucha contra la pandemia emprendido por el gobierno de Suecia ha sido muy cuestionado. Apenas ha impuesto restricciones, manteniendo abiertos restaurantes, bares, jardines de infantes, escuelas primarias y negocios; eso sí, ha apelado a la responsabilidad individual de cada ciudadano. Solo se dieron recomendaciones de quedarse en casa lo más posible, trabajar desde el hogar, aislar a los ancianos. Se prohibieron las reuniones de más de cincuenta personas, pero no se aplicó la cuarentena obligatoria.

Mientras tanto las muertes por coronavirus en el país son muy superiores a las de los tres países vecinos (Dinamarca, Finlandia, Noruega) y triplican las de Alemania. En este marco el cardenal de Estocolmo Anders Arborelius cuestionó este modelo denunciando que las personas  mayores no están siendo atendidas como deberían y criticó la desatención de otros colectivos en riesgo como los inmigrantes irregulares que han perdido sus empleos, las personas sin hogar… Declaró Arborelius: “Mucha gente está preocupada.  La pobreza más dura en Suecia es la que experimentan los ancianos solos. En mi diócesis hemos adoptado medidas estrictas en ese sentido; hemos suspendido reuniones, catequesis etc. ofreciendo servicios religiosos a través de las transmisiones en vivo por internet”. Arborelius es un fraile carmelita y una reconocida autoridad en Suecia por lo que en 2017 ha sido reconocido como “Sueco del año”; y es el primer obispo sueco desde la Reforma, convertido además del Luteranismo.