Es una campaña orquestada por grupos integristas de España que se ha difundido también en Argentina y Brasil, dirigida a los obispos con el lema: “Devuélvannos la Misa”. Es una implícita acusación a los obispos de cobardía frente a los dictámenes del estado por la circunstancia de la epidemia. La campaña fue lanzada al mismo tiempo en las redes sociales de España, Colombia, Argentina, Brasil y México aprovechando la buena fe de los cristianos de a pie.
Los organizadores de la campaña no entienden cómo en una ocasión extraordinaria de peste, las actividades litúrgicas y devocionales contribuyen a aumentar el contagio, lo que no es ni humano ni cristiano. Se declaran “cruzados” de la fe y el cierre de las iglesias lo ven como una conspiración internacional contra los valores cristianos. La polémica se trasladó también a la Argentina. El obispo de san Justo, Eduardo García en un artículo de opinión publicado en el diario Clarín escribió que “ya no es tiempo de cruzadas sino de seguir las enseñanzas del papa Francisco que quiere una Iglesia “hospital de campaña”. En esta cuarentena el bien mayor es la salud de toda la población. No somos una Iglesia perseguida. Lo que tenemos que hacer como cristianos hoy es dar testimonio de entrega generosa por amor al que sufre, y ser hospital de campaña. Pasada la pandemia, los templos volverán a abrirse, la eucaristía volverá a ser celebrada con el pueblo pero de las secuelas del virus muchas veces no se vuelve. Antes de asegurar barbijos y alcohol en gel para celebraciones en templos desiertos, ¿no tendríamos que asegurarlos para los comedores, las colas de jubilados, los chicos y los abuelos en la calle, el personal de salud y luego hacer nuestra acción de gracias? Creo en la eucaristía como centro y culmen de la vida cristiana, pero desde una comunidad que se alimenta de ella no como un “redoxón” para su vida espiritual, sino para jugarse por la vida de los demás”. Otro obispo, Carlos María Domínguez de san Juan comentó: ”Los templos están cerrados, pero la Iglesia no está dormida; y no solo presta ayuda social sino también asistencia espiritual, tan necesaria en estos momentos”. El arzobispo de La Plata Victor Manuel Fernández a su vez dijo: “Tenemos que ser muy responsables para cuidar la salud y la vida de nuestro pueblo y no podemos forzar el regreso de las misas con pueblo, pero tampoco podemos decir que nos da lo mismo o que tenemos que orientarnos hacia una espiritualidad virtual”. En efecto la misa fue originariamente una “cena compartida” y uno no pude cenar con otros viendo por tv a otros que cenan. Pero el papa Francisco también pidió “prudencia y obediencia a las disposiciones para que la pandemia no regrese”.
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