En el Triduo Pascual los católicos polacos en varias ciudades se han confesado en su coche, en pleno estacionamiento; un cura los escuchaba y confesaba desde su auto, estacionado al lado. Frente al templo de la Divina Providencia en el sur de Varsovia, hubo filas de autos en espera. Un cartel indicaba: “Confesiones en el estacionamiento”. Efectivamente para la Iglesia el lugar no importa; únicamente es inválida la confesión por teléfono o por internet.