Después de 405 días de prisión, el cardenal George Pell ha sido absuelto en forma unánime por el Tribunal Supremo de Justicia de Australia el 7 de abril. Según el Tribunal “existe una probabilidad significativa de que se haya condenado a una persona inocente porque las pruebas no han establecido la culpabilidad con el nivel de prueba requerido”. El cardenal ha sido liberado y es ahora huésped de un monasterio de Melbourne.

El cardenal había sido acusado de abusar sexualmente de dos monaguillos a fines de 1990; uno de ellos ha muerto en 2014. Pell siempre se proclamó inocente afirmando “no haber cometido esos horribles crímenes”. Una vez libre declaró: “He sufrido una profunda injusticia, pero no culpo ni tengo rencor contra mi acusador. No quiero que mi absolución traiga más dolor y amargura”. Pell, de 78 años, había sido condenado a seis años de prisión en marzo del año pasado. El cardenal hacía parte del Consejo de Cardenales que asesora al Papa. También era prefecto de la Secretaría de Asuntos Económicos del Vaticano, pero su mandato venció a comienzos del año pasado. El Vaticano , frente a la decisión de la Justicia Australiana no dejó de manifestar su satisfacción. Siempre el Vaticano había mantenido la presunción de inocencia para el cardenal. Horas después el Papa Francisco rezó “por todas las personas que sufren sentencias injustas”. En otra ocasión había dicho que “hay que hacer todo lo posible para limpiar el nombre de los que han sido acusados injustamente”. El cardenal Pell había sido liberado de sus cargos en el Vaticano pero sin tocar sus títulos eclesiásticos  en espera de la decisión final de la Justicia; tan solo tenía la prohibición del ejercicio público del ministerio y de cualquier contacto con menores. Lo del cardenal Pell no ha sido el único caso de difamación. El cardenal Joseph Bernardin, importante obispo de Estados Unidos, se vio acusado de abusos sexuales por una presunta víctima que, después de la muerte del cardenal, se desmintió y retiró su denuncia. También el cardenal francés Philippe Barbarin, arzobispo de Lion, después de una larga campaña de difamación , fue declarado inocente por la Justicia en enero pasado.