CHINA: POLÉMICAS EN LA IGLESIA

La revista católica de los jesuitas “Civiltá Cattolica” critica en un artículo a los que se oponen a los acuerdos del Vaticano con el gobierno chino y profundizan así las divisiones entre los mismos católicos chinos. La revista recuerda cómo en la historia de la Iglesia después de la victoria del emperador cristiano Constantino y el cese de las persecuciones, el obispo Donato y los “puros” se rehusaron a readmitir en la Iglesia a los traidores y a los “lapsi” (los débiles que habían cedido en la lucha).

“Hoy también hay quien apoya a los católicos clandestinos en China por haber sido fieles y “puros” y haber rechazado cualquier compromiso y diálogo con el marxismo. Es la tentación “donatista” que hace de los primeros unos mártires y de los segundos unos desertores, con la consecuencia de una especie de “guerra santa” entre los cristianos”. Las restricciones y persecuciones no han cesado. Es lo que proclaman el cardenal Zen Ze-Kiun, arzobispo emérito de Hong-Kong y muchos opositores del Papa. Sin embargo, escribe desde la universidad de Shanghai el padre Benoit Vermander, “esta situación no obliga a nadie a la apostasía. Los católicos chinos aman a su país como los demás y manifiestan  actitudes responsables y prudentes, evitando la intransigencia que los llevaría a aislarse y a una segura emarginación”. Concluye la revista: “Hay que reconocer que la comunidad cristiana en China lleva su cruz y seguirá llevándola, sin tener que buscar el martirio a cualquier costo. Es profundamente irresponsable querer llevar al pueblo de Dios a un enfrentamiento, sobre todo cuando no se vive el problema desde adentro. Hay que volver a la parábola de la cizaña; hay que dejar crecer la cizaña junto al grano. El que juzga a los demás, será a su vez juzgado”.