En un artículo de la popular revista católica italiana “Famiglia Cristiana” el sicoterapeuta Alberto Pellai habla de la situación de muchas familias con los hijos en casa sin escuela. “Para los hijos son vacaciones inesperadas, un verdadero don del cielo. Los que están preocupados son los adultos.
Es una emergencia a la que no estábamos preparados: una convivencia forzada con los hijos. Hace falta paciencia, capacidad de sintonizar con los hijos, renovar los estímulos para vencer su aburrimiento porque a los pocos días ya no saben qué hacer en casa y quieren salir. Sin palestra para jugar, sin encontrarse con los amigos, los hijos se la agarran con los padres; te exigen estar con ellos y solo para ellos. Se les tiene que explicar desde el vamos que las de ellos son vacaciones especiales, que tienen reglas. La escuela está cerrada pero la lectura y el estudio no. Hay que organizar juntos cada jornada para aprovechar bien todos los días. Más desorden hay afuera y alrededor de uno, más falta espacio para pensar, para la creatividad y el trabajo. Podemos aprovechar esta crisis como una oportunidad para reforzar los vínculos familiares, el diálogo y la cercanía con nuestros hijos. Por primera vez en muchas familias se almuerza y cena juntos, se juega a los naipes, se mira juntos un film. Estos cambios nos cuestan porque nos habíamos desacostumbrado a la vida familiar con nuestros múltiples compromisos y siempre corriendo; y en casa había desencuentros más que encuentros. Ahora hemos redescubierto el tiempo y ciertos valores esenciales. Esta crisis podrá llegar a ser una ventaja para nuestra vida familiar, si la sabemos encarar como una oportunidad”.
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