
Murió a los 15 años de leucemia el 12 de octubre de 2006 en Monza (Italia). Ha sido recordado por el Papa en “Christus vivit” (=Cristo vive) junto a Domingo Savio, Piergiorgio Frassati, Chiara Badano y ahora será beatificado. Era catequista, voluntario en los comedores populares; le gustaba estudiar pero también jugar al fútbol, el internet y la informática. Cuenta su madre que le dijo durante la enfermedad: “Muero feliz porque nunca perdí un minuto de mi vida en cosas que no agradaran a Dios”. Y también: “Todos nacemos originales, pero terminamos siendo fotocopias porque no seguimos el proyecto que Dios tiene sobre nosotros”. Su madre se acercó a la Iglesia y a los sacramentos gracias a su hijo.