
A los 10 años del terrible terremoto que asoló al país más pobre de América Latina, con 230 mil muertos, las promesas de ayuda internacional para la reconstrucción no se han cumplido; 1,5 millones de personas se han quedado sin casa y han llenado de chabolas la periferia de la capital. La violencia y la corrupción hacen estragos. El 75% de la población sobrevive con dos dólares al día.