El obispo colombiano Carlos Arturo Quintero, se presentó al Congreso de Pastoral Social Diocesana vestido como un pobre en situación de calle, después de un maquillaje por el cual personificaba a un hombre necesitado. Al verlo hubo indiferencia; pensaron que seguramente estaría allí para pedir dinero. Prefirieron mirar del otro lado y nadie mostró interés o solidaridad. Dijo el obispo: “Nadie me recibió, nadie me preguntó, nadie me acogió. Tampoco nadie me trató mal, pero experimenté mucha tristeza interior. Nadie me dirigió la palabra. Sentí la soledad de los pobres”. Vestido de “clochard” con una gorra deslucida en la cabeza, subió al escenario para presentar la primera ponencia del encuentro como obispo, entre el asombro general. “Quería analizar y comprobar de cerca las actitudes que asumen los cristianos frente a los pobres”, dijo el obispo explicando su actitud.