La vietnamita Kim Phuc fue inmortalizada en una foto cuando niña durante la guerra de Vietnam en 1972 mientras corría desnuda huyendo de las llamas de las bombas napalm, quemada en todo su cuerpo y llorando desesperada. La foto ganó el premio Pulitzer y ella, después de múltiples intervenciones quirúrgicas ahora, con 56 años, es embajadora de la UNESCO, activista y escritora, esposa y madre, fundadora de una organización en ayuda de niños víctimas de la guerra. En la televisión italiana dijo que la fe en Jesús la ha ayudado a perdonar: “Jesús es mi fuerza. Perdono a todos. No puedo cambiar el pasado, pero con amor puedo cambiar el futuro”.