El 25 de setiembre en Roma ha sido entregado el Premio Nansen por parte de la ONU a la organización católica “Comunidad San Egidio” y a las Iglesias Evangélicas y Valdense por la iniciativa de los “corredores humanitarios”. Estos han logrado evitar los viajes con pateras en el Mediterráneo de los que huyen de la guerra y la violencia, impedir la explotación de los traficantes que lucran con ellos y permitir que personas con vulnerabilidad entren en Italia legalmente y puedan pedir asilo. Los gastos en avión y la permanencia son sufragados por dichas entidades que ayudan a los refugiados a buscar empleo y a matricular sus hijos en la escuela. Con el apoyo del gobierno para conseguir la visa, ya se han acogido desde el año 2016 a 2.600 refugiados.