Álvaro Ramazzini, obispo de Huehuetenango (Guatemala) es uno de los 13 nuevos cardenales nombrados por el Papa. Es el apóstol de los campesinos, indígenas y migrantes. Acompaña manifestaciones en la calle, recurre senderos de montaña para sus visitas pastorales. Se ha opuesto al Tratado de Libre Mercado con Estados Unidos asegurando que empobrecerá aún más a los pobres.
Ramazzini denuncia la explotación minera a cielo abierto, pide el reparto equitativo de las tierras. Ha tenido el coraje de invitar al presidente y a sus ministros a vivir una semana en el altiplano entre los campesinos para conocer la realidad. Ha sufrido varios atentados, pero también ha sido galardonado con premios nacionales e internacionales. Cuando los médicos cubanos desarrollaron un inestimable trabajo en las aldeas más remotas de la región, se encontraron con las obras sociales del obispo, del cual dijeron: “Con este obispo se puede creer en Dios”. Ramazzini por su parte ha declarado: “Los no creyentes no son tan ateos. Lo que ocurre es que no creen en ese Dios que con frecuencia se ha predicado: un Dios amigo de los ricos y poderosos, un Dios sectario, inquisidor, justiciero y castigador”. Otro latinoamericano creado cardenal por el Papa es el arzobispo de La Habana Juan de la Caridad García Rodríguez. También lo ha sido el arzobispo de Luxemburgo y presidente de los obispos europeos Jean-Claude Hollerich por su obra a favor de los migrantes y de Europa. Una propuesta de Hollerich: “Hay tantas diócesis en Europa; si cada una albergara dos o tres familias, sería una gran contribución a la emergencia”. Los cardenales que podrán elegir al próximo Papa son ahora 57 nombrados por Francisco, 42 por Benedicto, 19 por Juan Pablo II. Son 118 sobre un total de 213.