El papa Francisco no ha emitido opinión alguna sobre la Argentina y la campaña electoral (pese a ciertas alusiones de una prensa tendenciosa) ni tampoco los obispos han insinuado votos o preferencias; los católicos han votado según su propia conciencia. El diario inglés Financial Times afirmó, sin pruebas, que la reconciliación entre Alberto Fernández y Cristina Fernández, entre el Kirchnerismo y todo el arco peronista, fue alentada por el Papa, lo que el propio Fernández desmintió (“la misión del Papa es demasiado importante para involucrarlo en las cosas mundanas de la política”).
Estas desinformaciones interesadas nada aportan a un clima de reconciliación nacional. Por el contrario los obispos de la Comisión Permanente que el 20 de agosto recibieron al candidato presidencial Alberto Fernández, expresaron que Argentina necesita un diálogo eficaz, del cual participen todos los sectores, para que se generen acuerdos estables y se supere la polarización. El obispo de San Francisco (Córdoba) Sergio Buenanueva, hizo una lectura pastoral del resultado de las primarias del 18 de agosto. Dijo: “Los resultados pueden ser leídos sin más como el triunfo de unos sobre otros, de un modo de pensar el país sobre otro; semejante interpretación no superaría la lectura facciosa (la “grieta”). Es necesaria una lectura integral, tratando de escuchar lo que incluso los guarismos menores tratan de expresar. Necesitamos una instancia superadora, estable, que pueda priorizar algunos grandes acuerdos y consensos, respetando las legítimas diferencias”. En este sentido el obispo recordó una frase del político italiano Alcide De Gasperi: “Un político mira la próxima elección, mientras que un estadista mira la próxima generación”.