
El patriarca Bartolomé de Constantinopla hizo estas declaraciones sobre la actual situación de la Ortodoxia: “La situación es desfavorable en general y en particular con respecto a las relaciones de la Iglesia-madre de Constantinopla con Rusia. Lamentablemente esta Iglesia hermana quiso romper la comunión con nosotros, para mostrar su insatisfacción con la Iglesia ucraniana”.
Comentando la actitud sobradora y descalificadora del patriarca Kirill de Moscú, dijo: “No lo seguiré en eso; lo seguiremos amando y rezando por él, pase lo que pase. Este cisma (=separación) es una prueba, una dificultad que hay que superar con la oración. Lamentablemente la Iglesia rusa no ayuda; por el contrario crea problemas adicionales al enviar sacerdotes para que celebren en distintos lugares de Turquía, que es un territorio canónico de nuestro patriarcado. Espero que la paz y el amor vuelvan pronto a nuestra relaciones mutuas”. Los cristianos Ortodoxos no tienen una autoridad jerárquica central como la Iglesia Católica. Hay 15 Iglesias autocéfalas, es decir independientes, que solo mantienen la comunión doctrinal y sacramental. Todo este problema surgió cuando la Iglesia Ucraniana, que antes dependía de Rusia, quiso independizarse del patriarcado de Moscú y fue proclamada “autocéfala” por Bartolomé. El patriarca Bartolomé tiene una primacía de honor con respecto a todas las Iglesias por ser el patriarca de la antigua Constantinopla (hoy Estambul, en Turquía), la primera y más antigua Iglesia de la Ortodoxia.