Treinta entre teólogos, biblistas, canonistas, historiadores de la Iglesia, todos docentes de facultades teológicas, han enviado una carta pública al presidente italiano Sergio Mattarella donde dicen: “Nos asociamos al reato de solidaridad cometido por la capitana Carola Rackete y queremos ser investigados y procesados por apología de delito y nos ofrecemos a cumplir con el castigo previsto para ese reato…
…Se le acusa a un miserable barco, totalmente desarmado y con arriba una cantidad de náufragos de hacer la guerra a Italia; es ridículo e inaceptable. La única guerra es la que se ha desencadenado desde arriba contra seres humanos necesitados de ayuda para sobrevivir. Se está haciendo una guerra a los pobres. Condenamos la mistificación y la intolerancia que llevan inevitablemente al odio. Esto tendrá consecuencias gravísimas sobre todo en los más jóvenes”. La carta recuerda el antecedente de cuando el presbítero Lorenzo Milani en 1965 fue procesado por defender a los objetores de conciencia al servicio militar obligatorio. Por su parte el p. Bartolomé Sorge, ex director de Civiltá Cattolica, comparó el decreto de seguridad di Salvini con las leyes raciales fascistas de 1938. Karola Rackete fue detenida el 29 de junio. Tras el fin del arresto domiciliario a principios de julio, la Fiscalía italiana de Agrigento presentó un recurso contra ella. Se la acusa de fomentar la inmigración clandestina y de desacato a la autoridad. Carola sigue en libertad, pero el gobierno italiano la sigue hostigando. Carola a su vez querelló a Salvini por difamación. La respuesta de Salvini: “No le tengo miedo a los mafiosos; imagínense si puedo tenerle miedo a una rica y mimada comunista alemana”.