(tema central) Trabajo decente como cimiento de Paz para el mundo

El trabajo ha sido, es y previsiblemente será un componente fundamental del contrato que sustenta la gobernanza de las sociedades. Por ello, los cimientos de la paz mundial se refuerzan al crearse más oportunidades de trabajo decente. En particular hacia el mes de Mayo, Umbrales propicia la reflexión sobre el mundo del trabajo, no solo en su significado más amplio, sino también en su definición más estricta. Los derechos, la protección y el diálogo social, sintetizan las aspiraciones de las personas durante su vida y la posibilidad de acceder a un empleo productivo que genere un ingreso justo, la seguridad en el lugar de trabajo y la protección para las familias, mejores perspectivas de desarrollo personal e integración social, libertad para que los individuos expresen sus opiniones, se organicen y participen en las decisiones y la igualdad de trato para toda persona.

 

1. Definiciones preliminares

La OIT define al trabajo como el conjunto de actividades humanas, remuneradas o no, que producen bienes o servicios en una economía, o que satisfacen las necesidades de una comunidad o proveen los medios de sustento necesarios para los individuos. El empleo es definido como «trabajo efectuado a cambio de pago (salario, sueldo, comisiones, propinas, pagos a destajo o pagos en especie)» sin importar la relación de dependencia (si es empleo dependiente-asalariado, o independiente-autoempleo). El trabajo que dignifica y permite el desarrollo de las propias capacidades no es cualquier trabajo; no es decente el trabajo que se realiza sin respeto a los principios y derechos laborales fundamentales, ni el que no permite un ingreso justo y proporcional al esfuerzo realizado, sin discriminación de género o de cualquier otro tipo, ni el que se lleva a cabo sin protección social, ni aquel que excluye el diálogo social y el tripartismo, el logro del empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos como base del desarrollo sostenible. Para la creación de nuevas oportunidades laborales es imprescindible contar con un entorno que fomente la inversión, el crecimiento y la capacidad empresarial. Es fundamental que hombres y mujeres tengan oportunidad de conseguir un empleo productivo en condiciones de libertad, igualdad, seguridad y dignidad humana para lograr la erradicación del hambre y la pobreza, el mejoramiento del bienestar económico y social de todos, el crecimiento económico sostenido y el desarrollo sostenible de todas las naciones, así como una globalización plenamente incluyente y equitativa.

 

2. Notas sobre el mundo del trabajo

a. Igualdad de género

El objetivo primordial de los organismos internacionales y las políticas públicas es promover oportunidades para que mujeres y hombres obtengan un trabajo decente en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad humana. La igualdad de género se refiere a un derecho humano fundamental, esencial para alcanzar el objetivo mundial de trabajo decente para todos. Las necesidades específicas de hombres y mujeres se deben analizar sistemáticamente para realizar intervenciones dirigidas a grupos específicos con el fin de lograr la participación tanto de mujeres como de hombres, y para conseguir que se beneficien por igual de los esfuerzos por alcanzar el desarrollo. Persisten las brechas salariales y las condiciones laborales injustas para las mujeres.  Diversos factores que obstaculizan la igualdad en el empleo pero el que desempeña el papel más importante, es el cuidado de los niños. En los últimos 20 años la cantidad de tiempo que las mujeres dedican al cuidado y al trabajo doméstico no remunerado apenas ha disminuido, y el tiempo que le dedican los hombres ha aumentado solo en ocho minutos al día. Por lo que el informe concluye que – a este ritmo- serán necesarios más de 200 años para alcanzar la igualdad en el tiempo dedicado al trabajo de cuidado no remunerado.

b. Trabajo doméstico

Asociado al tema del género mencionamos al trabajo doméstico. Esta es una de las ocupaciones más antiguas e importantes desempeñadas por muchas mujeres en numerosos países. Está vinculado a la historia mundial de la esclavitud, el colonialismo y otras formas de servidumbre. En sus manifestaciones contemporáneas, es un fenómeno mundial que perpetúa las jerarquías basadas en la raza, el origen étnico, la pertenencia a un grupo autóctono, la casta y la nacionalidad. Los quehaceres domésticos que realizan empleados a cambio de una retribución… son meramente indispensables para que funcione la economía fuera del hogar.

Entre otros factores que han incrementado la demanda de servicios domésticos en los últimos años, valga citar la creciente participación de la mujer en la fuerza de trabajo; las modificaciones de la organización y la intensificación del trabajo; la ausencia de políticas que permiten compaginar la vida laboral con la familiar; la reducción de la prestación de servicios de ayuda doméstica por el Estado; la feminización de las migraciones internacionales, y el envejecimiento de las sociedades. En Uruguay hay avances en políticas al respecto y además de abordajes integrales desde las políticas públicas se han desarrollado nuevas líneas de capacitación desde la perspectiva interseccional de género y de derechos.

c. Trabajo  rural

En América Latina y el Caribe, uno de cada cinco trabajadores vive en el campo como protagonista de un mercado laboral rural caracterizado por más empleo vulnerable, menos empleo asalariado e incidencia hacia la pobreza, la cual es el doble a la existente en áreas urbanas. El campo hoy en día no es lo que era 20 o 30 años atrás. Vemos grandes transformaciones: urbanización acelerada, menos jóvenes y más adultos mayores, una reducción del empleo agrícola y un aumento de las ocupaciones no agrícolas. Hay 52 millones de trabajadores rurales, de los cuales al menos 27 millones, están en situación de empleo vulnerable. A pesar de los avances, persisten grandes brechas. El sector rural concentra el núcleo duro de la pobreza, la exclusión y la informalidad en la región y para evitar mayores rezagos las políticas públicas deben redoblar esfuerzos para la inclusión productiva y laboral de quienes trabajan o tienen emprendimientos en el campo

d. Trabajo infantil

El término ‘trabajo infantil’ suele definirse como todo trabajo que priva a los niños de su niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico. Así pues, se alude al trabajo que:

  • es peligroso y prejudicial para el bienestar físico, mental o moral del niño;
  • interfiere con su escolarización puesto que les priva de la posibilidad de asistir a clases;
  • les obliga a abandonar la escuela de forma prematura; o les exige combinar el estudio con un trabajo pesado y que insume mucho tiempo.»

En las formas más extremas de trabajo infantil, los niños son sometidos a situaciones de esclavitud, separados de su familia, expuestos a graves peligros y enfermedades y/o abandonados a su suerte en la calle de grandes ciudades (con frecuencia a una edad muy temprana). Cuándo y cómo calificar o no de “trabajo infantil” a una actividad específica dependerá de la edad del niño o la niña, el tipo de trabajo en cuestión y la cantidad de horas que le dedica, las condiciones en que lo realiza, y los objetivos que persigue cada país. La respuesta varía de un país a otro y entre uno y otro sector.

e. Trabajo forzoso y nuevas formas de esclavitud y trata de seres humanos

El nuevo Protocolo de la OIT sobre el trabajo forzoso tiene por objetivo fortalecer los esfuerzos mundiales para combatir este crimen junto con la trata y las prácticas análogas a la esclavitud. Según la Estimación mundial sobre la esclavitud moderna: Trabajo forzoso y matrimonio forzoso  que realizara la OIT en septiembre de 2017

  • Se estima que 40,3 millones de personas han estado sometidas a la esclavitud moderna. Esta cifra incluye 24,9 millones en trabajo forzoso y 15,4 millones en matrimonio forzoso.
  • Esto significa que en el mundo hay 5,4 víctimas de la esclavitud moderna por cada 1.000 personas.
  • 1 de cada 4 víctimas de la esclavitud moderna son niños.
  • De los 24,9 millones de personas atrapadas en el trabajo forzoso, 16 millones son explotadas en el sector privado, por ejemplo, en el trabajo doméstico, la industria de la construcción o la agricultura; 4,8 millones de personas son víctimas de la explotación sexual forzosa; y 4 millones de personas se encuentran en situación de trabajo forzoso impuesto por el Estado.
  • El trabajo forzoso afecta en forma desproporcionada a las mujeres y niñas, que representan el 99 por ciento de las víctimas en la industria sexual comercial y el 58 por ciento en otros sectores.

f. Migración laboral

Actualmente el mundo está experimentando cambios significativos en los estándares económicos y sociales. Esta dinámica ha influido fuertemente en la migración global. La gente se mueve entre países en la búsqueda de mejores oportunidades de vida o para vivir nuevas experiencias laborales y culturales. En América Latina y Caribe no es distinto. La situación económica y social de algunos países del centro-sur de la región ha atraído la migración intra-regional y extra-regional, aun cuando sus políticas y leyes necesiten ser actualizadas para que haya una mejor coordinación del flujo de personas.
Los organismos internacionales propician la generación de políticas que responden de alguna manera a promover la coherencia de las políticas en las esferas del empleo y la migración laboral en los periodos de incertidumbre política y económica. Es importante pensar en la función pueden desempeñar los ministerios de trabajo y los interlocutores sociales para abordar los desafíos relacionados con la migración laboral de forma beneficiosa. También la Iglesia debería preguntarse en cómo dar cabida a las inquietudes de los refugiados y migrantes. Porque el desplazamiento de personas, ya sea regular o irregular, constituye un fenómeno mundial creciente, y es previsible que en el futuro siga siendo una cuestión de principal atención en los programas políticos. Este desplazamiento se ve agravado por el creciente número de crisis en todo el mundo, que empujan a la gente a huir a otro lugar dentro del país, o a cruzar fronteras. Ya sea que se emigre buscando más y mejores medios de vida o huyendo de una guerra, en última instancia, el trabajo pasa a ser una preocupación fundamental de toda persona migrante. La necesidad de justicia social se intensifica en momentos de emergencia, y lo mismo ocurre con la necesidad de actuación de los organismos internacionales pero también de la sociedad civil y la Iglesia. No cabe dudas que el gran desafío es coordinar entre todos con coherencia y eficacia para abordar la crisis migratoria.

g. Inclusión: Discapacidad y trabajo

Las personas con discapacidad representan aproximadamente mil millones de personas, un 15% de la población mundial. Alrededor del 80 por ciento están en edad de trabajar. Sin embargo, su derecho a un trabajo decente, es con frecuencia denegado. En particular las mujeres con discapacidad se enfrentan a enormes barreras actitudinales, físicas y de la información que dificultan el disfrute a la igualdad de oportunidades en el mundo del trabajo. En comparación con las personas sin discapacidad, las personas con discapacidad experimentan mayores tasas de desempleo e inactividad económica y están en mayor riesgo de una protección social insuficiente -la cual es clave para reducir la pobreza extrema. A nivel de políticas públicas se está trabajando por la inclusión en un doble enfoque: un eje se refiere a los programas o iniciativas específicas para personas con discapacidad destinadas a superar las desventajas o barreras particulares, mientras que el otro busca garantizar la inclusión de las personas con discapacidad en los servicios y actividades de carácter general, tales como la formación profesional, la promoción del empleo, planes de protección social y estrategias para la reducción de la pobreza. En Uruguay se aprobó la ley de discapacidad, por lo cual se posibilita el acceso de esta población y se amplían las oportunidades laborales en entes públicos.

h. Libertad sindical

El derecho de trabajadores y empleadores a crear sus propias organizaciones y a afiliarse a ellas es parte integral de una sociedad libre y abierta. En muchos casos estas organizaciones han desempeñado un papel importante en la transformación democrática de sus países. Uno de los aspectos más importantes es el del reconocimiento efectivo del derecho de negociación colectiva para las personas ocupadas en la economía del trabajo y más aún para aquellas que tienen un trabajo esporádico y se analiza la amplia gama de estrategias que utilizan los trabajadores empleados en la misma para desarrollar una capacidad de movilización colectiva y promover la regulación efectiva del trabajo esporádico o intermitente.

 

 

3. Desafíos, oportunidades y perspectivas

a. Innovación y desarrollo

Los avances en robótica, inteligencia artificial, y aprendizaje automático están abriendo nuevos horizontes. La reducción de los costos está impulsando la penetración de estas tecnologías en casi todos los sectores de nuestras economías. De los cinco grupos de funciones que definen casi toda actividad laboral, (capacidades físicas, percepción sensorial, capacidades cognitivas, procesamiento de lenguajes naturales, capacidades sociales y emocionales), los sistemas informáticos pueden realizar eficazmente los tres primeros y están progresando de manera impresionante con el cuarto (McKinsey Global Institute, 2017). La recuperación de información y las competencias motoras en entornos altamente estructurados y predecibles son las áreas donde las máquinas actualmente igualan el rendimiento humano o lo superan. Las diversas actividades que requieren capacidades cognitivas, donde las máquinas pueden realizar tareas que antes se consideraban difíciles para los no humanos, están creciendo continuamente. En las dos últimas décadas también se pueden observar avances significativos en el procesamiento de lenguajes naturales (p.ej. asistentes personales de inteligencia, como Siri, y en sistemas de traducción automática como Google Translate). Lo que continúa fuera del alcance de la automatización son las tareas relacionadas con las dimensiones sociales y emocionales, donde los humanos no pueden ser sustituidos, junto con otras tareas cognitivas no rutinarias involucradas en actividades de coordinación y resolución de problemas.

La preocupación sobre la sustitución de la mano de obra por la máquina ciertamente no es nueva. Ocurrió con la transición de la agricultura a la industria moderna, y nuevamente con cada revolución industrial. Sin embargo, el surgimiento de nuevos puestos de trabajo en sectores distintos a aquéllos donde la innovación tecnológica se había desarrollado terminaba compensando cada vez, a medio o largo plazo, la pérdida de las actividades tradicionales, como el herrero o el mozo de cuadra, causada por la introducción de nuevas tecnologías. Muy a menudo, la calidad de las condiciones de trabajo mejoró realmente; de hecho, hasta ahora, el salario y las condiciones de trabajo de los nuevos empleos han sido generalmente mejores que los de los empleos sustituidos. No obstante, estamos entrando a una época donde las tecnologías evolucionan más rápido que las competencias y las organizaciones. En la actualidad, los ordenadores demuestran poseer competencias que antes solo pertenecían a los humanos. La gama de actividades que requieren capacidades cognitivas, donde las máquinas pueden realizar tareas que antes se consideraban muy difíciles para los no  humanos, está aumentando continuamente. Son buenos ejemplos de ello: El Narrative Science es un programa informático que puede redactar noticias. Según ciertos cálculos, dentro de diez años los algoritmos podrían redactar la mayoría de noticias. En el sector bancario, muchos empleados de caja ya han sido sustituidos por cajeros automáticos. Ahora podría llegar el turno de los analistas financieros. El ordenador Watson de IBM puede analizar en pocos segundos toda la literatura médica para emitir un diagnóstico, una tarea que ningún médico humano podría hacer nunca. Los MOOC (cursos abiertos masivos en línea): unos/as cuantos/as “profesores súper estrella”, cuyas conferencias están disponibles en línea para millones de estudiantes, amenazan con reemplazar a miles de profesores tradicionales y los Vehículos autodirigidos: el próximo paso en la estrategia de Uber es reemplazar a los conductores por la inteligencia artificial (IA). De este modo, la última ola en automatización afecta al sector de los servicios y de la fabricación industrial, causando una caída de los empleos de ingresos medios y aumentando la polarización y la desigualdad.

Dado que la tecnología y la innovación son los principales determinantes del crecimiento de la productividad, impulsar el papel de la innovación capaz de aumentar la productividad será la reacción obvia a los problemas provocados por una fuerza laboral que envejece y disminuye. Pero esto afectará a los países en desarrollo con altas tasas de natalidad y un incremento significativo de la población en edad de trabajar, ya que la mano de obra de bajo costo podría volverse menos atractiva. Si la automatización disminuye los costos de fabricación a escala mundial, las economías donde el costo de la mano de obra es el factor competitivo de mayor relevancia tendrán motivos para preocuparse.

 

b. Brechas y polarizaciones a causa de las tecnologías

En este sentido, los principales problemas se refieren al equilibrio cuantitativo entre los empleos perdidos y los empleos ganados, y la capacidad de superar la polarización entre las ocupaciones de bajos salarios y de altos salarios que ha caracterizado al mercado laboral en los últimos tiempos. La introducción masiva de robots y alta tecnología informática podría hacer que la distribución de ingresos sea considerablemente más desigual de lo que es actualmente, ya que el poder de negociación de los trabajadores disminuye en general y la sustitución de la mano de obra amenaza con presionar los salarios por debajo de lo que podría considerarse como un umbral socialmente aceptable, especialmente para los trabajadores no cualificados.

Esta tendencia es claramente visible en el fenómeno llamado ”informática humana“. Las empresas tienden a subcontratar las tareas que aún son realizadas de manera eficaz por humanos, como identificar objetos en un video y transcribir grabaciones de sonido. Las nuevas tecnologías, como las plataformas digitales, permiten a las empresas distribuir estas tareas entre una red fragmentada de trabajadores “free-lance” mal pagados y desprotegidos.

 

c. La economía social y solidaria

Las transformaciones del mundo del trabajo han captado la mayor atención de las organizaciones que conforman la economía social y solidaria (ESS), definida como “un amplio conjunto de organizaciones y empresas específicamente orientadas a la producción de bienes, servicios y conocimiento, a la vez que persiguen objetivos económicos y sociales y promueven la solidaridad” (Naciones Unidas, 2014).

Durante las últimas décadas, estas organizaciones han sido extremadamente dinámicas, creciendo más rápido que el resto de la economía en muchos países y demostrando un buen potencial de innovación, como pone de manifiesto su capacidad para encontrar nuevas soluciones a los problemas sociales. Por otro lado, está cada vez más claro que algunas de sus características hacen que estas  organizaciones sean más adecuadas para sobrellevar las dificultades a las que se enfrentan otros tipos de empresas (tanto públicas como privadas) en la producción de servicios de interés general, para crear formas de empleo más flexibles que den a los trabajadores más poder para decidir cómo organizar sus puestos de trabajo, y para disminuir el costo de la producción mediante la participación de usuarios y voluntarios, siendo, por ende, una oportunidad para mejorar los niveles de vida y la calidad de vida.

 

d. Estrategias nacionales para promover una cultura para el desarrollo: ley de Empleo Juvenil

Hace bastante tiempo que las acciones de los ministerios involucrados (Educación y Trabajo) se vienen generando diversas estrategias para propiciar soluciones frente a la situación del desempleo estructural y coyuntural. Varias de ellas se refieren a la creación de pequeñas y medianas empresas y microemprendimientos sostenibles, a la formación profesional a través de diversas capacitaciones para el mundo del trabajo, a las mejoras en la calidad del empleo y la normalización laboral, la protección social y la seguridad y salud en el trabajo, los estudios prospectivos sobre el trabajo en el futuro. En este sentido, nos interesa detenernos en una estrategia para abordar la situación de vulnerabilidad frente al empleo que tienen todos los jóvenes. Nuestro país alcanza uno de los guarismos más altos de América Latina en desempleo juvenil. Para ello, se creó hace tres años la Ley de empleo juvenil Nº 19.133, la cual promueve el trabajo decente para los jóvenes, considerando el empleo, la educación y la formación profesional desde el punto de vista de los derechos fundamentales. Su objetivo es generar oportunidades de trabajo, prácticas laborales en programas educativos y promover emprendimientos autónomos por parte de los jóvenes. Esto sin lugar a dudas, requiere una responsabilidad y compromiso de parte de

  • de los organismos públicos: en planificar y supervisar los planes y programas sobre formación profesional y empleo juvenil;
  • del sector privado: en generar empleo decente y colaborar en la formación de los jóvenes;
  • de las organizaciones de trabajadores: en promover y defender los derechos de los trabajadores jóvenes;
  • de las instituciones educativas: en el diseño, seguimiento y apoyo a los programas de trabajo y empleo juvenil;
  • de los jóvenes: en el desarrollo de sus competencias.

 

La promoción del trabajo bajo la órbita de esta ley considera la situación de las personas jóvenes que provienen de hogares de menos recursos, apoyando especialmente a quienes tengan cargas familiares o hayan abandonado sus estudios. El salario y las condiciones laborales se ajustan a lo dispuesto en leyes, laudos y convenios colectivos vigentes. Cabe señalar que los empresarios deben Colaborar con la formación y capacitación de los jóvenes. Se prevén varias modalidades de contratación: la primera experiencia laboral, para egresados de la Educación formal, el programa protegido joven, prácticas formativas en las empresas y emprendimientos juveniles. Las empresas deberán contribuir en la formación del joven, disponiendo de un tutor que lo apoye en el proceso formativo del estudiante y las Instituciones Educativas contar con un referente educativo, que será responsable del vínculo con la empresa. Como contraparte, las empresas reciben distintas clases de subsidios y por su parte las instituciones educativas cuando sea posible deberán facilitar el cambio de horario de cursos a los jóvenes que acrediten que se encuentran trabajando.

Es evidente que esta legislación es un esfuerzo más para generar acciones de empoderamiento de los jóvenes gracias al trabajo decente, apoyarlas a través de la protección social y garantizar que las voces de los pobres sean escuchadas. No alcanza con el crecimiento económico.

 

4. La respuesta eclesial: una pastoral encarnada en el mundo del trabajo

Todas estas dimensiones relacionadas a las trayectorias laborales de las personas, requieren un profundo y sostenido análisis de la Iglesia. Ante los efectos de la globalización que hace al mundo del trabajo más diferenciado y plural, es necesario reafirmar el sentido católico y universal de su acción pastoral, así como la tutela y defensa de los derechos de los trabajadores, sea cual fuere su procedencia o su situación cultural y religiosa. Habrá que prestar un especial interés al impacto de los nuevos escenarios en la seguridad y precariedad del empleo, a la fusión de las empresas, a la movilidad laboral, a los inmigrantes, a los trabajos temporales y a todos los aspectos anteriormente mencionados. Una respuesta oportuna sería la de generar tácticas y estrategias para globalizar la solidaridad ante el aumento de las desigualdades y llevar la presencia de Cristo al mundo del trabajo con un testimonio incuestionablemente evangelizador como levadura eficaz de transformación. Asumir como propias las aspiraciones, dificultades y el reconocimiento de los derechos y las obligaciones que corresponden a los trabajadores. Ayudar a despertar la conciencia social en la comunidad cristiana, a través de la formación continua y de la presencia de agentes de esta pastoral específica. Promover la justicia social y la solidaridad. Impulsar una participación activa en instituciones políticas y sociales, sindicales y culturales.

La pastoral del trabajo tendrá que empeñarse en la promoción y defensa de los derechos esenciales del ser humano y su fundamento cristiano; en denunciar las violaciones de esos derechos; en la participación en el trabajo por el bien común. Siempre teniendo en cuenta que la persona y su dignidad es el primero de todos los valores humanos. El principal y casi único patrimonio del trabajador y la trabajadora es su propio trabajo y sus competencias para la empleabilidad. Es el centro de su existencia y de él depende la vida personal y familiar, y no solo en los aspectos económicos. El equilibrio personal, el bienestar familiar y social está como supeditado a que el/la trabajadora tenga la oportunidad de poder emplear adecuadamente sus cualidades y aptitudes, tanto intelectuales como corporales, y recibir el justo rendimiento en los bienes económicos que necesita para él y para su familia. La relación entre trabajo y familia es evidente y recíproca. Una situación laboral justa, estable y adecuada a las capacidades del trabajador es una de las mejores ayudas que puede tener la familia. El trabajo y la familia son inseparables. «Trabajo y laboriosidad condicionan a su vez todo el proceso de educación dentro de la familia, precisamente por la razón de que cada uno «se hace persona», entre otras cosas, mediante el trabajo, y ese hacerse a sí mismo expresa el fin principal de todo el proceso educativo (…) La familia es, al mismo tiempo, una comunidad hecha posible gracias al trabajo y la primera escuela interior de trabajo para todo hombre» (Laborem exercens 10).

María Bedrossian