(Argentina) ANGELELLI: PERSEGUIDO AÚN DESPUÉS DE MUERTO

El 8 de junio pasado salió un documento papal por el cual el obispo Enrique Angelelli sería proclamado mártir y beato junto a dos curas y a un laico. Enseguida una carta, recién conocida, de intelectuales, abogados, jueces y fieles, que lleva la fecha del 16 de julio, llegó al Vaticano cuestionando la decisión papal. Se afirma que la policía y la Justicia, así como varios expertos, han determinado que la muerte de Angelelli fue por un accidente de ruta. Lo que pasó después se debería al clamor de organizaciones de derechos humanos y de sectores ideológicos ligados a la extrema izquierda dentro y fuera de la Iglesia.

La carta pone en discusión además la figura y la conducta del obispo, demasiado político y comprometido con ambientes extremistas, en evidente contraste con los preceptos de la Iglesia. “Su acción era influenciada por el tercermundismo y había una evidente simpatía para con los Montoneros; estaba además en conflicto con los feligreses que no pensaban lo mismo. Su acción era contaminada por movimientos y teorías alejadas de la doctrina católica”.  Casualmente en su editorial del 30 de julio el diario “La Nación” afirmaba, sin firma alguna, que la muerte de Angelelli no fue asesinato y que “Angelelli no constituye de ninguna manera el modelo de ejemplaridad cristiana que la Iglesia exige para iniciar un proceso de canonización. Angelelli tenía activa y profunda vinculación con los Montoneros y en sus homilías se pronunciaba a favor de la subversión y proponía armar a los jóvenes. Nunca se debe proponer un modelo violento y sectario. En este caso no se aplicó la rigurosidad habitual en los procesos de beatificación”. El obispo de La Rioja Marcelo Colombo rechazó con indignación estas “manifestaciones arteras y agraviantes”, llenas de falsedades. En un comunicado manifestó: “Además de menospreciar los resultados recientes de la Justicia, el diario pretende “tener la justa” también en materia canónica. La verdad es que Angelelli molestó y sigue molestando a los poderosos, los que ahora ensucian su memoria y buscan paralizar las energías de una Iglesia en salida. Se trata de afirmaciones altisonantes y carentes de sustento, salvo el odio y la búsqueda permanente del descrédito de la Iglesia”. La verdad es que Angelelli, igual que Romero, luchó por los ideales evangélicos y como Romero fue perseguido antes y lo sigue siendo después de su muerte, aún por parte de personas que se proclaman católicas.