LA ASUNCIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN

¿ES TAMBIÉN UN SIGNO REIVINDICATIVO DE LOS PEQUEÑOS, LOS POBRES, LOS ÚLTIMOS?

Colaboración de Jorge Márquez
Agosto está marcado por una de las fiestas Marianas más hermosas como lo es la Asunción de la Virgen María a los Cielos en cuerpo y alma. Intuición y celebración presente en la vida de la Iglesia desde los primeros siglos, en Oriente, los Ortodoxos, ya desde el siglo lV hacían memoria de la «Dormición de María», y en el occidente Católico, desde el siglo Vll, que luego culminará con la Solemne declaración del Dogma de la Asunción, el 1 de noviembre de 1950, promulgado por Pio Xll.

Sin lugar a dudas María está presente desde el inicio de la comunidad cristiana, la Madre del Señor, la que era testimonio vivo de la Encarnación del Hijo de Dios, la que participó en la gran experiencia fundante de Pentecostés, la que según la tradición, también animaba y acompañaba a los Apóstoles en sus aventuras evangelizadoras. Su acción Materna se ampliará, luego de su tránsito de este mundo al Padre, siendo asumida por todos como la Madre, la Maestra, la Guía, la Compañera fiel del pueblo de Dios, así podemos decir que se cumplió lo profetizado en el Magnificat: «me llamarán bienaventurada todas las generaciones»…
En los albores de nuestra América, vino también con nuestros antepasados, mayoritariamente españoles, y más adelante también italianos, trayendo consigo «sus Vírgenes» muchas de cuyas advocaciones perduran hasta el día de hoy (del Carmen, Pompeya, Covadonga…) así también fueron surgiendo otras autóctonas, como nuestra querida Virgen de los 33 Orientales.
Pero hoy quiero detenerme, «provocativamente» en «las coronas, los mantos y cetros» de muchas Vírgenes, signos que hoy ya no son necesarios, y que poco o nada nos dicen de María, la Pequeña Nazarena.
Pero he aqui, que si miramos a fondo estos adornos de otros tiempos, podemos llegar a ver un mensaje lleno de significado.  Cada pueblo, cada familia, cada persona, y siempre y sobre todo los más humildes, eran los primeros en colaborar para embellecer a su Virgen Patrona, cada quien acercaba su cadenita, su alianza matrimonial de oro, como un enorme sacrificio de devoción, pero también como un deseo, una esperanza, así como Tú, María, estás en la Gloria, algún día yo también participaré de la misma.
La Asunción de Maria está generalmente representada siendo llevada al Cielo por un grupo de Ángeles, pero no nos es difícil pensar, desde una óptica evangélica, que es recibida y aclamada por un coro de pequeños, de humildes, de perseguidos y desaparecidos, de violentados y abusados, de los marginados de todas las épocas, que cantan y gritan ¡ESTA ERA NUESTRA MADRE, NUESTRO AUXILIO, NUESTRO SOCORRO PERMANENTE. Ella no tenía asco de nuestra heridas supurantes y nos limpiaba con el aceite de su consuelo,  y su ternura enjugó todas nuestras lágrimas!
Preparémonos y Celebremos amigos, con inmensa alegría, esta Fiesta que es fruto y primicia de la Resurrección de Cristo, Fiesta de luz inmensa que alegra el corazón y alienta el caminar hacia el Encuentro definitivo, donde será cumplido el más profundo de nuestros anhelos: todos seremos en Dios! y gocémonos con Cantares 6:10: ¿QUIEN ES ESTA QUE VA SUBIENDO, CUAL AURORA NACIENTE,  BELLA COMO LA LUNA, BRILLANTE COMO EL SOL… ?

3 comentarios sobre “LA ASUNCIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN

  1. Maria dijo …y nos dice hagan todo lo que mi Hijo les diga …quiera El Espíritu Santo que seamos fiel a ese clamor de Maria .!

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  2. Gracias por la reflexión sobre María Asunta ! Muy cierta la evocación de la piedad popular que recibimos en herencia … muchas veces incomprendida y criticada con desconocimiento. Las coronas, los mantos y los cetros de las imágenes que veneramos en nuestros templos, son ofrendas anónimas de la fe de nuestros mayores ¡ Qué Santa María los conduzca hasta su Hijo ! … y nos enseñe a ofrecer lo mejor de nosotros , para seguir coronándola , con nuestras vidas, como Reina y Señora de nuestras familias y comunidades

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