NICARAGUA: OCUPADA LA CATEDRAL

Manifestaciones por toda Nicaragua

Una reforma neoliberal impuesta por el gobierno de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo, ha suscitado grandes protestas de jóvenes universitarios con casi 30 muertos en todo el país. La represión fue brutal y excesiva por parte del ejército. Los obispos salieron a defender las manifestaciones en un principio pacíficas, condenando el avasallamiento de jóvenes y jubilados. “Fue una represión criminal”, según el obispo auxiliar de Managua Silvio Baez. La Conferencia Episcopal pidió la derogación de la reforma de seguridad social y un diálogo urgente.

Obispos en la catedral de Managua

“Decisiones unilaterales siempre traen consigo la inestabilidad social. Acciones represivas ejecutadas por miembros afines al gobierno alteran la paz”, denunciaron los obispos. Los jóvenes ocuparon la catedral de Managua como lugar de acopio de víveres e implementos de primeros auxilios a los heridos a lo largo de una semana de protestas. Lo mismo pasó en muchas parroquias que se ofrecieron como refugio de los manifestantes. El obispo auxiliar Silvio Baez acudió junto al cardenal Leopoldo Brenes y unos 20 sacerdotes a la catedral para apoyar a los estudiantes que aplaudieron a los religiosos. Estos le dijeron a los jóvenes de que su causa era justa y que no se dejaran tentar por la violencia ni “manipular por ideologías políticas que tienen una mirada parcial de la realidad. Las ideologías piensan por el pueblo, pero no están dispuestas a dejar pensar al pueblo”. Fue la primera vez en casi dos décadas que no hubo misa dominical en la catedral el 22 de abril. La policía lanzó bombas lacrimógenas al interior del templo, pero no pudo entrar. El gobierno terminó por derogar el decreto-ley y miembros de su entorno le pidieron al cardenal y al nuncio ser garantes del dialogo. El obispo Silvio Baez respondió: “No habrá diálogo si no se detiene la represión, si no se liberan a los presos , si no se empieza a discutir la democratización del país con todos los sectores de la sociedad”. Más allá de estos graves episodios, hay un malestar profundo en la sociedad después de 11 años de poder autoritario de la familia Ortega, con sucesivos procesos electorales muy discutibles y un país militarizado. Se teme lo de Venezuela. El espíritu libertario y solidario del sandinismo primitivo parece haber muerto. Las últimas noticias nos informan que la Conferencia Episcopal aceptó “mediar y ser testigo del diálogo convocado por el presidente Daniel Ortega, siempre que prevalezca un clima sereno y el absoluto respeto por las personas y la propiedad privada y pública”.