La mejor maestra del año en Cataluña es uruguaya, de Casavalle.
“La educación que se hace de corazón a corazón, deja huellas”
Carmen es una maestra que nació y creció en el barrio Borro de Montevideo. Este dato nunca es menor. Y más si tenemos en cuenta que acaba de ganar el premio a Maestra del Año en Cataluña -donde está radicada- por sus aportaciones en torno al desarrollo de la inteligencia emocional en los niños de escuela y por su trabajo de formación con equipos directivos de nuestro país. Entre otros proyectos, Carmen viene desplegando estrategias y propuestas para abordar dicha temática en una escuela en la zona de Casavalle. En esta oportunidad, la invitamos a dialogar con Umbrales de su particular trayectoria profesional, del reconocimiento que ha merecido su tarea, de sus perspectivas, y por supuesto, de sus reflexiones sobre la educación para los niños de hoy.
-Pensar en tu recorrido desde el Borro a España me resulta una peripecia digna de las novelas de acción. Una aventura que nos gustaría conocer para darnos la talla de lo que podría llegar a significar un cambio tan radical en la vida de una persona…
-Emigrar nunca es fácil para nadie, y se toma más conciencia de la emigración cuando el tiempo va pasando, y en el camino vas perdiendo seres queridos. El proceso de adaptación al principio fue durillo, pero el pueblo catalán es acogedor, humano, solidario y eso facilitó las cosas. He conocido personas maravillosas, esas que te pone Dios en el camino para que sigas avanzando.
Al llegar a Barcelona tenía dos retos, aprender el catalán y homologar el título. Mientras avanzaba en el proceso de homologación fui integrándome a la sociedad, al pueblo, a la Iglesia… aprendí a conducir, ya que habían distancias que no era atendidas por los autobuses y tenía que ganarme la vida, así es que comencé a trabajar limpiando casas.
En este proceso de adaptación a una nueva situación laboral, empecé a comprender la idiosincrasia catalana y fui aprendiendo su manera de pensar y sentir. Todo lo que aprendí fue de provecho, incluso lo que no me gustaba, todo era parte de un aprendizaje.
En las primeras épocas, quizás las más difíciles, comencé a tener una idea que me sirvió para avanzar: fue pensar y evocar en la memoria diaria que las situaciones son siempre temporales, y que verlas desde la alegría y el positivismo era mejor.
Cuando sentía que algún pensamiento de melancolía me iba a invadir, abría las ventanas para que entrara el sol, ponía música y, sobre todo, rezaba. En definitiva, todo es un aprendizaje constante, y verlo con optimismo es fundamental.
-Ya el año pasado, y a propósito de la santificación de la Madre Teresa, habíamos publicado en nuestra revista tu generoso y agradecido recuerdo hacia las hermanas de Calcuta y hacia los padres dehonianos por el papel que desempeñaron en tu juventud…

-Sí, así es. Hay mucho que agradecer, a los sacerdotes dehonianos. En la figura de Rodolfo Bonci queda personificado el carisma de un grupo de sacerdotes que han apostado por construir espacios de evangelización y de educación, en zonas de mucha complejidad social. Han sido y son ejemplo de humanidad de consuelo, de compasión… para mí, espejos donde nos podíamos reflejar. Todos queríamos hablar e impactar como lo hacían Rodolfo, el padre Quinto Regazzoni… ellos eran lo mejor que teníamos en el barrio. Nos dieron la importancia que nos faltaba, nos hicieron visibles en la pobreza. Nos estimaban y se preocupaban por nosotros, nos guiaban como un padre a un hijo. El padre Rodolfo ha estado presente en mis graduaciones, en el nacimiento y bautismo de mi hijo. Él ya forma parte de esta vida que tengo y mi agradecimiento a los sacerdotes dehonianos (scj) será de por vida. Son sacerdotes que “reparan” al ser humano, reparan lo que está roto y le dan forma, nos inyectan el amor de Jesús y cuando ya está dentro de nosotros no lo podemos extraer, está en nuestro ser, en nuestra sangre y recorre toda nuestra vida espiritual, la cual intentamos proyectar. Por otra parte, las hermanas de Calcuta llegaron a mi vida cuando tenía 17 años, con su ejemplo de entrega, de compasión, su amor desinteresado y su servicio constante a los más necesitados, representan un alivio para todos aquellos que no tienen a nadie.
Impactaron mi vida, yo compartía muchas horas del día con ellas. Nos dieron un espacio de desarrollo personal, responsabilidades (apoyo escolar, catequesis, grupo de jóvenes) y nunca nos faltó el amor. Recuerdo a la hermana Lencita, hna. Ninet, y su preocupación constante por nosotros. Viéndolo en perspectiva nos sentíamos importantes, ellas nos hacían sentir que valíamos la pena, que se podía confiar en nosotros.
La vida no es fácil para muchas personas, pero es maravilloso estar vivos. Crecí en un barrio muy difícil de la ciudad de Montevideo, decir que eras del Borro ya era un estigma, solo estábamos a 30 minutos del centro de la ciudad, pero vivíamos en un barrio marginado. Marginado porque estábamos al margen de determinados servicios y sobre todo de determinadas oportunidades. No solo vivíamos en un barrio conflictivo, sino que también teníamos unos padres que lucharon por darnos de comer en medio de una frágil economía. Pero estábamos solos y nos sentíamos solos.
Crecimos en un hogar como muchos que hay hoy en esos barrios, para que tengan una dimensión de la “inconciencia” en la que vivíamos, no sabíamos ni cuando cumplíamos años, no teníamos idea que existían los Reyes Magos. Éramos muy pobres y más aún teníamos un factor añadido, nos faltó el calor de un hogar. La presencia de un padre, de una madre. Veíamos a través de la ventana, a las familias del pasaje, y todos tenían a su padre y a su madre presente y nosotros fuimos creciendo entre comedores escolares y ayuda de beneficencias.
Es fundamental que los padres estén presentes en la vida de sus hijos, los cimientos de una persona se construyen, se fortalecen y se consolidan en las primeras edades. Tener unos padres que se preocupan, que estén caminando al costado de sus hijos, es llenar un mundo emocional necesario para poder proyectarte como persona.
En épocas de colegio iba a la escuela 178 de Unidad Casavalle, no sabía leer ni escribir, no sabía que los colores tenían nombres y que mi cara se veía reflejada en un espejo. No tenía conciencia de que el mundo significaba un lugar donde cada cosa tiene un nombre. Como pueden imaginar repetí curso escolar: no sabía leer, tenía muchas carencias, pero para la escuela era importante que leyera, y sin entenderlo muy bien, volvía a repetir curso escolar.
Cuando tenía unos 8 años, una maestra le dice a la otra; “Carmen es una niña muy buena, pero la cabeza no le da para más” … ¡uff! que error y que horror, todos los niños pueden aprender, cuánto le faltaba a esa maestra por aprender, por aprender a darse cuenta de que los niños más necesitados son los que más precisan aliento, ánimos, empuje, y una gran dosis de cariño. Nadie puede decir jamás a un niño “no llegarás a nada”, los niños y niñas que viven en situación de vulnerabilidad social se han de observar desde el corazón.
Muchas veces las personas somos como pequeños huecos que nos vamos llenando de lo que nos dan y nos reflejamos en lo que nos muestran.
Solo el amor puede transformar a las personas, si tienes una barra de hierro y la quieres amoldar no golpees una barra contra otra, porque obtendrás mucho ruido, dale calor con un soplete y se amoldará. El amor es el único sentimiento capaz de transformar a las personas, no hay otro. Solo el amor. Tratar de controlar la conducta de un niño, sin percibir ni llegar a comprender sus emociones, es como tratar de doblar un vidrio en frío, si lo doblas lo rompes, y a veces pasa eso con los niños, los alejamos del sistema educativo, encuentran en las escuelas la réplica de su hogar, de su medio ambiente: gritos, falta de comprensión, falta de amor. Los profesores que trabajan en sectores de alta vulnerabilidad han de ser los mejores, porque en sus manos está el poder de cambiar realidades de vida.
En esa época conocí a Enrico, un ser humano maravilloso, le escuché rezar el Avemaría, no sabía lo que quería decir pero esas palabras me parecieron tan bonitas que le pedí que me las dijera de nuevo, y al final me dijo “¿quieres que te lleve a la casa de la Señorita Lidia a aprender a rezar?”, esa Señorita Lidia era una anciana que vivía en los palomares y enseñaba el catecismo.

Fue la interpretación del Evangelio que abrió una puerta a un mundo espiritual desconocido en mí, las misas del padre Primo Corbelli, José Caccin, Rodolfo Bonci, construyeron y le dieron forma a un sentimiento de amor y de fe hacia mí misma y hacia los otros. No éramos nada, no teníamos nada y de repente lo teníamos todo.
Los sacerdotes dehonianos me dieron una beca que cubría los boletos hasta que terminé 6to de secundaria y después pagaron mi carrera de maestra. Ellos me rescataron como persona y la educación que recibí me dignifica como ser humano. Trabajé con los padres dehonianos durante catorce años hasta mi llegada a Barcelona. El apoyo que recibí de los dehonianos fue fundamental para mí, pero saber que era importante para alguien y que podía confiar, al igual que en las hermanas de Calcuta, hizo que mi vida tuviera una dimensión personal diferente. El hecho de sentirse estimada por alguien es sin lugar a dudas el aspecto más importante de su ayuda. Por eso hemos de darles amor a los niños, el amor da seguridad, da protección, nos da a todos el sentimiento de pertenencia a una familia, la que me faltaba por diversas razones.
-Un reconocimiento profesional como el que has obtenido promueve, sin lugar a dudas, una conciencia de la importancia de educar las emociones.
-Es fundamental saber que los límites los ponemos nosotros, y que nadie da lo que no tiene. Que es necesario ser auténtico y, sobre todo, coherente con nuestra propia vida. Hemos de proyectar el amor que hemos recibido, entender que nuestra vida ha cambiado gracias al aporte de otras personas y que este mundo necesita que podamos dar parte de lo que nos han dado. Recibimos con las manos abiertas, demos con las manos abiertas también. La Caridad es la expresión máxima del amor, dar a otros, servir a otros, pero no dar lo que nos sobra… dar de nosotros mismos lo mejor que tenemos para mejorar vidas. Lo que no se hace se pierde porque no se hace, la educación no tiene fronteras, no las pongamos nosotros.
-Las temáticas vinculadas a la inteligencia emocional en el ámbito educativo han sido introducidas hace relativamente poco. Tras el rápido desarrollo de la tecnología y la apertura de fronteras e intercambios culturales cada vez mayores, muchos profesionales de la educación se están planteando generar en los niños valores, metas, capacidades y competencias que permitan resolver problemas propios y ajenos desde las emociones y sentimientos.
-Considero fundamental el aporte que se hace desde la Educación Emocional para mejorar el desarrollo integral de los niños y niñas y que este desarrollo conlleva al fortalecimiento de las competencias académicas aceptables para continuar estudiando y desarrollarse en un mundo laboral.
Las últimas investigaciones que se han realizado dan muestra que la aplicación de los programas de actividades de Educación Emocional dan respuesta a ciertos comportamientos que muchas veces escapan de la educación formal, como son el coqueteo con las drogas, los embarazos precoces, la violencia de género, las conductas disruptivas, las vejaciones grabadas por el móvil y después subidas a la red, sin ninguna empatía hacia la otra persona, todos estos comportamientos pueden ser contenidos y disminuidos aplicando de forma sistemática y gradual programas de actividades de Educación Emocional.
Un niño emocionalmente estable está preparado para aprender, pero si no logramos un buen clima de aula no llegamos a nada en contextos críticos, el ausentismo, la deserción del sistema, la apatía estudiantil y estar al límite de conductas perjudiciales serán el pan de cada día, y más en sectores de alta vulnerabilidad social.

Puedo entender que Uruguay ha hecho reformas importantes, en infraestructuras y tecnología, pero es preciso que se piense en términos emocionales, la sociedad lo reclama. Uruguay cuenta con excelentes profesionales que de seguro le podrán dar un giro positivo a la educación. Todos los niños se merecen que la educación les ayude a formarse de forma INTEGRAL, cognición y emociones van de la mano.
Sé que existen profesores que hacen lo mejor que pueden, que apuestan al mejoramiento de ámbitos de trabajo que ayudan a los alumnos en el día a día, y que empatizan con sus situaciones, son dignos de ser felicitados.
Si Uruguay comienza a pensar en la Educación Emocional como una alternativa para el mejoramiento integral de los niños las generaciones futuras serán mejores, y la sociedad cambiaría. La formación profesional es fundamental para poder transmitir los contenidos y las maneras de hacer de la educación emocional. Los profesores que se pueden pagar un curso de formación en las emociones lo harán, pero esto ha de estar al alcance de forma gratuita, porque la sociedad lo necesita, los niños y niñas VALEN la PENA, y SÍ SE PUEDE.
El mundo va avanzando, si echamos la mirada al pasado a veces decimos: “..la educación de antes era mejor..” Sin embargo, la educación fue mejor para esa época histórica, ahora los niños tienen otros modos de aprender y de apropiarse del conocimiento. Pero hay una cuestión que no cambia, y son las emociones, la tristeza, la alegría, la capacidad de ponerse en la situación del otro, no han cambiado, el concepto es el mismo, parecen inalterables, sabemos que éstas son iguales ayer y hoy y lo serán mañana.
Conocer nuestras emociones, regularlas, desarrollar la empatía, tener tiempo para dar respuestas y que estas sean asertivas, es importante para tener una salud emocional y social estable, es normal sentirnos bien con nosotros mismos, conocer nuestras limitaciones sin frustraciones y buscar la felicidad. Esto significa avanzar en nuestra vida, y si lo hacemos sintiéndonos bien, es estupendo.
-¿Qué permanece y qué ha cambiado en torno al concepto de Inteligencia emocional propuesto por Daniel Goleman?
-El término inteligencia emocional aparece en la literatura psicológica en el año 1990 de la mano de Peter Salovey y John Mayer, sin embargo, fue con la publicación del libro Inteligencia Emocional de Daniel Goleman (1995) cuando el concepto se difundió rápidamente. La Inteligencia Emocional es la capacidad de comprender las emociones y conducirlas de tal manera que podamos utilizarlas para guiar nuestra conducta y nuestros procesos de pensamiento, para producir mejores resultados. Se ha incluido en el mundo de la empresa, para mejorar la producción. Sin dejar de reconocer la importancia que tiene el cociente intelectual y la pericia para el logro de los objetivos, el desarrollo efectivo de una empresa, obedecerá en un 80% a este factor emocional. Para Daniel Goleman son las competencias emocionales los factores que determinantes los resultados.
Aplicado al mundo educativo, era comprender la importancia de generar espacios donde se pudieran desarrollar las competencias emocionales.
Si tenemos en cuenta el trabajo de la UNESCO “La educación encierra un tesoro” informe Deleros (1996) Los cuatro pilares de la educación son: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser. Se puede apreciar cómo la Educación Emocional se ha convertido en una necesidad para obtener los resultados requeridos. La educación ha de pasar de ser el clásico instrumento de transmisión de conocimientos a convertirse en una herramienta esencial para conseguir el desarrollo integral de las personas. Creo que permanece la importancia que ha tenido este best seller en el mundo, saber que también existe una inteligencia que es la emocional y que ésta nos ayuda a construir habilidades sociales y a sentirnos bien con nosotros mismos y con nuestro entorno.
Sepamos que no solo el coeficiente intelectual es importante. La inteligencia cognitiva ha determinado que si eras listo en la escuela y aprendías rápido podrías llegar a estudiar ir a la Universidad y tener un excelente empleo con una excelente remuneración económica y serías feliz. Hoy sabemos que esto no es lo más importante, que lo más importante son las habilidades sociales que tu tengas, como conectas con el otro, qué tipo de persona eres, porque la cantidad de títulos no determina tu capacidad como persona, y que la felicidad no estaba en ser listo e inteligente, sino que la felicidad estaba en ser reconocido socialmente, en desarrollar la empatía, en sentirte a gusto contigo mismo y con los demás.
Nosotros ya no utilizamos el término Inteligencia emocional porque consideramos que la inteligencia es un constructo intelectual de las personas: lo tienes o no lo tienes, preferimos hablar de Educación Emocional, ya que todos podemos ser Educados en las emociones.
Por lo tanto para comprender la necesidad de la Educación Emocional en este nuevo contexto utilizamos la definición de Educación Emocional de Rafael Bisquerra (2000) donde dice que la “educación emocional es un proceso continuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo emocional como complemento indispensable del desarrollo cognitivo, constituyendo ambos los elementos esenciales del desarrollo de la personalidad integral. Para ello se propone el desarrollo de los conocimientos y habilidades sobre las emociones con objeto de capacitar al individuo para afrontar mejor los retos que se plantea en la vida cotidiana con la finalidad de aumentar su bienestar biológico, psicológico y social”
-¿Se puede ser feliz en la escuela?
-Es un hecho que todo cambia, surgen nuevos paradigmas educativos. Hemos de hacer lo posible como educadores que somos, para que se pueda ser feliz, hemos de educar para la felicidad. Nunca el mundo ha tenido acceso a tanta información y conocimientos como hasta ahora…, y que mal comunicados que estamos. Es un hecho que todo cambia, pero hay algo que nunca cambia, la necesidad de ser feliz, la búsqueda de la felicidad, de ser estimado, respetado… eso no cambia, somos personas esencialmente sociales por naturaleza y todos necesitamos un ambiente cálido para aprender. Un niño emocionalmente estable está preparado para aprender, brindemos a este niño o niña el ambiente propicio para que pueda desarrollarse de forma integral. Es necesario que los colegios y las escuelas brinden espacio de desarrollo integral. La escuela no puede convertirse en una réplica de su hogar. No podemos mimetizarnos con el medio, los profesores y profesoras son la respuesta al cambio social en contextos desfavorecidos. Son el espejo donde los niños pueden observarse. Quizás alguna maestra de contexto crítico esté leyendo esto y recuerde las experiencias de acercamiento que tenían los niños de los barrios más humildes, comienzan a acercarse y a oler, porque el olor de tu ropa es diferente al de ellos, quizás es el suavizante de la ropa, quizás su ropa se lava en una pileta junto a otras ropas y huele de manera diferente. Te tocan el pelo, te lo huelen, porque los sentidos abren las emociones, las estimulan. Un olor agradable hace que el lugar sea cálido, y si la persona que tenemos a nuestro costado nos trata con cariño, y alegra mis días, no queremos faltar a la escuela.
-La formación de directores y líderes en educación es inherente a la gestión en las instituciones educativas. ¿Podrías contarnos de qué se trata tu proyecto con los equipos comprometidos para el cambio?
-La idea fue concebida por la Dra. Lidia Barboza Norbis, ella es la directora de un postgrado en Innovación pedagógica para directores de Excelencia de la Universidad de Montevideo. Este postgrado tiene el objetivo de formar a los directores desde la Innovación pedagógica con una nueva perspectiva metodológica integradora de saberes. Fueron escogidos 32 directores que de forma gratuita asisten durante dos años a esta capacitación, este proyecto es subvencionado por la Fundación Reaching-U. La Dra. Lidia Barboza, considerando que la Educación Emocional era esencial dentro de la formación, como una herramienta de calidad para los directores, me propone poder formar a estos directores en una experiencia pionera que lleva adelante nuestro colegio desde hace tres años: “Educar en las emociones”
Entendemos que, desde la educación formal no se puede dar respuestas a determinados comportamientos que se dan en los institutos de educación, pero sí desde la educación emocional.
Por lo tanto, decidimos aplicar un programa de actividades de manera sistemática, estructurada e incluida dentro del horario escolar de los niños y niñas. Todo el claustro de profesores del colegio ha colaborado juntamente con la psicóloga del centro (Virginia Espejo) y hemos creado y diseñado este programa que hoy estamos evaluando. Hemos pasado de la intervención pedagógica a la investigación pedagógica. Evaluar este programa es sustancial para darnos datos de su practicidad y sobre todo para cambiar aquello que aún no ha cambiado. Esta evaluación es realizada para ser presentada como tesis final de un trabajo de investigación que estoy llevando a cabo en la UCUDAL (Universidad Católica del Uruguay).
Las clases de formación a este postgrado están basadas en el intercambio de nuestra experiencia de la aplicación de un Programa de actividades de Educación Emocional, sustentado en el paradigma de la Educación Emocional del Dr. Rafael Bisquerra, integrante del GROP (Grupo de Recerca y Orientación Psicopedagógica) de la Universidad de Barcelona.
Es así que la directora del jardín 325 ubicado en Unidad Casavalle, Yoselin Romero, no pudo ingresar a este postgrado y solicitó nuestra ayuda. Es a través de unas videoconferencias con su equipo de profesores que los días sábados la psicóloga Virginia Espejo y yo misma realizamos estos intercambios para que ellas puedan llevar a la práctica actividades de educación emocional.
-Educar las emociones parece ser un desafío, pero más que nada un compromiso con los valores y con una cultura para la convivencia, con un proceso de transformación que abarca a todos los actores sociales ¿Cómo evalúas el camino emprendido y cuánto consideras que nos queda por seguir avanzando?
-Efectivamente, lo considero un desafío de innovación pedagógica que ayuda a la transformación de una sociedad a largo plazo. Algo hay que hacer. No podemos plantear programas educativos donde el componente más importante sean las competencias cognitivas de los alumnos y alumnas. Evaluar a los colegios a través de los parámetros del informe PISA, teniendo en cuenta que nuestra sociedad tiene agujeros por donde el alumnado se fuga y deserta del sistema educativo, es contradictorio.
Hagamos algo para que el alumnado de este Siglo XXI de nuestra sociedad uruguaya pueda retenerse dentro de los institutos de educación; creemos espacios de aprendizaje emocional para ellos y que juntamente con la incorporación de las TICS los alumnos puedan proyectarse. Hay que crear espacios de escucha activa. Y cuando digo esto me refiero a los Institutos y escuelas públicas ubicadas en sectores de extrema pobreza. Los alumnos a los que sus padres pueden pagarles con sacrificios una educación tienen la gran ventaja de que puedan existir estos espacios. Pero son los más pobres los que realmente necesitan que la escuela, como Institución educativa diferente a su entorno, les brinde y propicie estos espacios. Si hoy por hoy no se contiene a los niños y jóvenes de estas zonas, con el tiempo el gobierno invertirá en más cárceles. Es preciso trabajar las emociones. Ver los videos en YouTube de Eduard Punset, ver las investigaciones que existen en el mundo que dan cuenta de la importancia de trabajar las emociones, Argentina está a punto de promulgar una ley de Educación Emocional.
Comenzar a hablar de las emociones ya es un paso importante, el otro es la formación y que esta sea gratuita para todos. Aplicar Programas de Educación Emocional es partir con buen pie. Pero aplicar un programa no se basa exclusivamente en leer cuentos de valores y emociones. Aplicar un programa implica evaluar el centro y la población familiar, determinar qué tipo de comportamientos son los más perjudiciales, y cuando hablo de evaluar incluye también el cuerpo docente, los profesores y el equipo directivo.
Tener un marco teórico, crear las actividades y volver a evaluar las competencias emocionales de los niños para introducir cambios, es crear programas estructurados sistematizados e incluidos en el currículum y horario escolar de los niños y niñas.
Es un gran desafío para una Institución educativa plantearse un compromiso con los valores y la convivencia social. El camino es largo, pero se ha de empezar a caminar, se ha de empezar a hacer camino. Hemos de mirar el horizonte con el optimismo de saber que sí se puede y que si nos unimos y formamos ayudaremos a contribuir al mejoramiento de una sociedad que tiene mucho potencial.
Es necesario dar luz, y es solo a través del fomento de las competencias emocionales que los niños y niñas logran habilidades que pondrán en práctica en cada situación de vida que se encuentren, para lograr crear un bienestar social y emocional que facilite el aprendizaje.
Comencemos a trabajar las emociones y cuanto antes, mejor. Trabajar las emociones en las Instituciones escolares es entender la importancia de poner nombre a las emociones que cada uno siente, que él o ella son capaces de “ponerle freno”, de autorregularse, que pueden tener una autonomía emocional y por lo tanto determinar un ambiente social y un bienestar emocional propicio para cada persona y para la sociedad.
Los animo a que se formen, a que investiguen. Internet está pleno de estas experiencias que dan cuenta de excelentes resultados. Somos los profesores los que podemos ser agentes de cambio social, y de colaborar para hacer que nuestro mundo sea un lugar mejor.
“La educación que se hace de corazón a corazón deja huellas” porque no hay mayor regalo que el Amor.
Entrevista de María Bedrossian
Hola, espero q está maestra Albana sea, la misma persona q vivía en el mismo paseje( 308) q yo y mi flia. Xq el recuerdo q yo tengo de ella, es merecedora d todo lo bueno q le está pasando!!!..si fuese posible ponerme en contacto con ella, muy agradecida!!! FELICITACIONES
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Hola se q Carmen está en este país hasta el 6 d agosto , como podríamos comunicarnos con ella ?!
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Felicitaciones Sra.Maestra Çarmen Albana Sanz.Fuí a tu misma escuela, crecí con más suerte que tú.Me llenas de orgullo y das esperanzas para los miles de niños que viven en nuestro querido Barrio Borro.Como tú dices, hay que hacerlo con el corazón y con mucho Amor.Pero se puede, sos la prueba que se puede.Gracias a todos los que se cruzaron en tú vida y con buena fé sacaron lo mejor de tí. Un abrazo grande y a seguir trabajando por un mundo mejor y más solidario.Te saluda att.Mario Tortorella ( el pichela) Pd: porque, todos teniamos un alias..
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Me a gustado el reportaje, su calidad como ser humano es mucha.
Lo único que no me gusta pero lo entiendo por su vida,es la poca reverencia a la laicidad de nuestra escuela uruguaya.
Creo muy firmemente Dios está fuera de la educación de los niños.
Porque cuántos dioses hay?
A cual de ellos les daríamos la preferencia?
Por favor , religión en las escuelas privadas.
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Quien sepa como puedo contactar con Carmen, mi correo es elisaquintero27@hotmail.com, gracias.
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me gustaría contactar con Carmen, por favor, gracias.
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